El Gobierno ha decidido volver a lanzar este verano el programa "Verano Joven", otra prebenda electoral que el año pasado permitió a los jóvenes de entre 18 y 30 años viajar en transporte público con "descuentos de hasta el 90%" a costa del contribuyente.
En un rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de ayer martes, Óscar Puente celebró que "se ha aprobado la segunda edición" de esta plan, y para defenderlo, el ministro dio algunos "datos que son importantes". Gracias a esta artimaña para atraer el voto joven, el verano pasado se produjeron "4 millones de viajes" aplaudió.
El coste del plan será de otros 130 millones de euros: 55 millones de ellos irán destinados a financiar el autobús y 75 millones, al ferrocarril. Como novedad, este año podrán beneficiarse del plan todos los jóvenes de entre 18 y 30 años con residencia legal en España, independientemente de su nacionalidad. El pasado año, el primero de implantación del plan, los beneficiados eran únicamente los jóvenes españoles y los pertenecientes algún país de la UE.
Los descuentos irán desde el 90% para los servicios de media distancia convencional y para los viajes en autobús regular de competencia estatal, del 50% en los títulos sencillos de Avant y para la alta velocidad con un máximo de 30 euros por billete, así como un descuento del 50% del Global Flexible de Interrail de 10 días en 2 meses, cuando se comercialice a través de Renfe.
Con una tasa de desempleo juvenil alarmante del 26,5%, la mayor de Europa, y la dificultad para independizarse, estas medidas suponen un parche superficial que no aborda los problemas de fondo de esta parte de la población.
Esta no es la primera vez que el Gobierno se lanza a por la compra del voto joven. El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha ideado también el polémico bono cultural, que supone otorgarle una paga de 400 euros a los que cumplan 18 años para que se la gasten en "cultura".