
Europa sigue velando por el bienestar de la población y ya ha regulado cuánto debe medir la auténtica morcilla de Burgos para que su fabricación deje de ser anárquica y caótica. El Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE) ha publicado este jueves la aprobación de la modificación normal de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) de la morcilla de Burgos que incluye cambios en su diámetro, que pasa de un rango comprendido entre los 30 y 100 milímetros a poder alcanzar los 150.
Según el documento, Bruselas ha descubierto que las tripas de ciego de cerdo, sorprendentemente, no son todas iguales, sino que son irregulares y presentan una gran variabilidad en cuanto su forma y tamaño. Algunas piezas han llegado a superar los 140 milímetros de diámetro, lo que, al parecer, suponía un trastorno para el funcionariado. Del mismo modo, han establecido que la longitud oscila entre los 100 y los 400 milímetros.
La UE también ha decidido que era el momento de revisar los ingredientes de este manjar. La cebolla horcal, antes sometida a un mínimo del 35 %, deberá ahora superar el 40 %. El arroz, que antes oscilaba entre el 15 % y el 30 %, ahora podrá moverse libremente entre el 10 % y el 40 %. Y la sangre, ese humilde ingrediente, ve su requisito rebajado del 12 % al 9 %.
Por supuesto, también se han actualizado las normas lingüísticas. Bruselas ha decidido que ya no se puede hablar de "lonchas" para referirse a la morcilla burgalesa. Ahora debemos decir "porciones". La morcilla, además, solo podrá presentarse sin tripa si está envasada en este formato autorizado. Y, como no podía ser de otro modo, el envase deberá lucir el símbolo de IGP para que el consumidor europeo sepa que todo está bajo control.
