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José Félix Sanz: "La subida encubierta del IRPF por la inflación ya supera los 35.000 millones"

El catedrático José Félix Sanz analiza la fiscalidad en España y defiende que solo reduciendo el gasto se logrará disciplina fiscal.

El catedrático José Félix Sanz analiza la fiscalidad en España y defiende que solo reduciendo el gasto se logrará disciplina fiscal.
José Félix Sanz

Licenciado y Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid, José Félix Sanz es Catedrático de Economía Aplicada en dicho centro académico superior y está ampliamente reconocido como uno de los mayores expertos de España en materia de fiscalidad.

Libre Mercado habla con él en el marco de su intervención en las jornadas de aniversario de Fedea para tratar en profundidad algunas de las cuestiones más recurrentes en la conversación pública acerca de los impuestos.

P: Cuando hablamos de impuestos solemos centrarnos en los ingresos que generan o que dejan de generar, pero Vd. insiste en que ese enfoque es equivocado, que debemos hablar de gasto tanto como de impuestos, puesto que ambos elementos constituyen las dos caras de una misma moneda.

R: Eso es, ingresos y gastos son lo que en economía definimos como dos variables endógenas que se determinan mutuamente... ¡No se pueden entender de manera aislada! Desde la eclosión de la Escuela de Elección Pública, con autores como James Buchanan o Gordon Tullock, sabemos que los procesos presupuestarios tienden sistemáticamente hacia la indisciplina fiscal: casi siempre se suben los impuestos… pero el gasto aumenta con más fuerza si cabe. De modo que el resultado final acaba siendo un problema de déficit y, en consecuencia, mayor endeudamiento.

Precisamente la Escuela de Elección Pública nos enseñó que los gobiernos y las administraciones no están formados por seres de luz, sino por personas que tienen sus propios incentivos, que tienen una agenda personal y que intentan maximizar sus metas y objetivos utilizando el presupuesto público que controlan de primera mano. Esto lleva a un gasto público que suele desbordar los ingresos disponibles, generando, como decía, los problemas de déficit y endeudamiento que golpean a países como España.

Además, es importante recalcar que la ampliación de los programas de gasto se elabora casi siempre en base a previsiones de nuevos ingresos en las que se subestiman los costes socioeconómicos de elevar la imposición, o dicho más específicamente, los costes de eficiencia que se derivan de los tributos introducidos, a raíz de las distorsiones que generan en el comportamiento de los agentes económicos.

P: En España nadie habla ya de cuadrar las cuentas públicas. Parecería que los déficits y la deuda ya no nos preocupan, que se ha perdido ese "santo temor" al desorden en los asuntos del Tesoro.

R: Sin duda es un error. Sería un activo para la economía el tener las cuentas en orden. Si tomamos como referencia los criterios europeos, vemos que España no ha cumplido con las reglas de disciplina fiscal desde hace más de quince años... Aunque el déficit se ha reducido, la deuda pública sigue por encima del 100 % del PIB. Ante semejante situación, la pregunta es: ¿debemos aumentar los ingresos o reducir los gastos? Pues bien, la ciencia económica sí arroja conclusiones claras.

Las investigaciones realizadas sobre esta cuestión, y más especialmente la línea de trabajo que lideraron figuras como Alberto Alesina, Silvia Ardagna, Carlo Favero, Francesco Giavazzi o Roberto Perotti, demuestran que las consolidaciones fiscales exitosas son aquellas que están basadas en la reducción del gasto. Esos ajustes tienen menos impacto recesivo y, de hecho, facilitan el resurgimiento de un nuevo ciclo expansivo. Es una austeridad expansiva. En cambio, si la austeridad se la aplicas al sector privado y las cuentas se cuadran a base de subir impuestos, la norma es que la economía responda peor y se contraiga.

P: La AIREF ha realizado algunas revisiones del gasto en los últimos años, pero con esos documentos no ha pasado nada.

R: En efecto, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal lleva tiempo señalando áreas donde se podría ajustar el gasto... Hay que profundizar en esas revisiones y, más importante aún, pasar a la acción. Lo mismo ocurre con las pensiones: no tiene sentido revalorizarlas automáticamente con el IPC sin tener en cuenta la sostenibilidad del sistema. Abandonar todo sentido de cálculo actuarial, de equilibrio entre lo contribuido y lo recibido, es un profundo error.

P: En cuanto al sistema tributario, ¿dónde deberían centrarse las reformas?

R: En las grandes figuras: IRPF, Impuesto de Sociedades, IVA e Impuestos Especiales. Estas cuatro figuras impositivas generan más del 95 % de la recaudación, siendo responsables de la mayoría del impacto distributivo y asignativo del sistema fiscal español. Por tanto, de estos cuatro ámbitos se deriva el grueso del impacto de los impuestos sobre la economía. No digo que no se analicen otras figuras, pero la prioridad debe estar ahí.

P: ¿Armonizamos los impuestos al alza para parecernos a Alemania o Francia? ¿O mejor copiamos a países que han ganado competitividad bajando impuestos?

R: Creo que se ha demostrado que se puede tener un nivel de vida alto, unos buenos servicios públicos, unas cuentas públicas saneadas y una presión fiscal moderada sin necesidad de que los impuestos alcancen niveles punitivos. Me refiero a casos como Estonia, Hungría, Letonia o Irlanda, también a Australia o Nueva Zelanda, Corea del Sur o Singapur, incluso en el área europea pero fuera de la Unión tenemos a Suiza o Reino Unido…

P: Vd. habla mucho de "eficiencia fiscal" pero los gobernantes parecen estar centrados en la "redistribución fiscal".

R: Se pretende canalizar la redistribución a través de impuestos y no se consideran los costes de eficiencia. Es un profundo error. El sistema actual distorsiona significativamente el uso de los factores productivos, muy especialmente el uso del factor trabajo. Sería preferible trasladar parte del actual peso de los impuestos directos (IRPF, Sociedades) hacia los indirectos (IVA, Impuestos Especiales).

Una estrategia interesante sería promover una devaluación fiscal: reducir notablemente cotizaciones sociales y compensar el diferencial con el IVA y los Impuestos Especiales. Eso abarataría el factor trabajo y aumentaría la competitividad del sistema sin producir un excesivo incremento en términos distributivos. Existe una amplia literatura empírica que desmantela el mantra de que el IVA es un impuesto profundamente regresivo. Una gran mayoría de los trabajos aplicados existentes establecen que el IVA es un impuesto ligeramente progresivo o, en el peor de los casos, un gravamen próximo a la proporcionalidad.

P: En el debate sobre la reforma del IRPF, usted ha planteado simplificar el impuesto, en su día por ejemplo con un esquema de dos tipos: 25% y 35%. En 2025, ¿es viable volver a hablar de un modelo plano, un flat tax como el que en su día adoptaron muchos países, sin que ello implique una pérdida de recaudación? ¿O tiene sentido retomar esa idea del IRPF de dos tipos?

R: Sí, perfectamente España puede tener un IRPF de uno o dos tipos, no más. Como ocurre o ha ocurrido en otros países con altos niveles de vida, servicios públicos de calidad y cuentas públicas saneadas. El problema es que los policymakers suelen confundir tipo marginal con tipo medio, y esa confusión hace que sobrevaloren el poder recaudatorio y la progresividad de los tipos marginales de la tarifa… Actualmente, disponemos de la algoritmia que nos permite establecer con facilidad cuál es el punto en el que se puede fijar un impuesto lineal o de dos tramos sin que ello implique perder recaudación o poder redistributivo.

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