Las cuentas de la Seguridad Social se tambalean a pesar de la recaudación récord por cotizaciones sociales que viene cosechando el Gobierno. Que cada vez haya más pensionistas en el sistema y que estos cada vez cobren pensiones más altas (han cotizado más), unido a que las tasas de natalidad cada vez son más bajas, supone un grave problema.
Según la Airef, el gasto en pensiones escalará del 12,9% del PIB en 2023 al 16,1% del PIB en 2050 para luego comenzar una senda descendente tras la jubilación de los baby boomers, que ya han comenzado a entrar en el sistema.
Hay que recordar, que la Airef es el único bastión económico público que todavía no ha colonizado el Gobierno. Esta institución ha criticado en varias ocasiones la reforma de pensiones de José Luis Escrivá (en la que no recorta ni un euro el gasto y solo aplica subidas de cotizaciones), y recientemente también ha avisado de otra problemática.
"Cuando hablamos del envejecimiento de la población solemos pensar de forma casi automática en el incremento que provocará en el gasto en pensiones durante los próximos años. Pero los efectos del envejecimiento van mucho más allá. Vivir más tiempo implicará también cambios en otras partidas clave del gasto público, como la sanidad, los cuidados de larga duración" explican. Afrontar este cambio es "esencial para asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas" añaden.
Así, una sociedad más envejecida tendrá una mayor demanda de servicios sanitarios y requerirá, por tanto, un gasto mayor en esta partida. La Airef estima que el gasto sanitario pasará del 6,6% del año 2023 al 8% en 2050 y se mantendrá un nivel similar a futuro.
Además, hay que tener en cuenta que "una población más longeva necesita más apoyos, más atención continuada y más servicios profesionales". Así, los cuidados de larga duración seguirán intensificándose durante las próximas décadas.
De hecho, no solo se duplica prácticamente en 2050, sino que sigue creciendo de forma relevante hasta 2070. En concreto, el gasto en cuidados de larga duración pasará de suponer el 0,8% del PIB en 2023 al 1,4% del PIB en el año 2050 y el 1,8% del PIB en 2070.
En el lado opuesto, el envejecimiento reducirá la población en edad escolar, lo que disminuirá la presión sobre el gasto educativo. En concreto, estimamos que se reducirá siete décimas de PIB desde 2023 hasta alcanzar el 3,5% del PIB en 2050 para luego tener un ligero repunte.
Por tanto, esta es la realidad no tan lejana a la que se enfrentarán las finanzas de nuestro país. "La población española va a envejecer rápidamente, con un aumento progresivo del número de pensionistas y un descenso de la población en edad de trabajar compensada parcialmente por los flujos migratorios" avisa la Airef.


