Juan Lobato está decidido a dar la batalla. El secretario general de los socialistas madrileños se presentará contra el candidato que designe Pedro Sánchez y lo hará apoyado por 21 alcaldes socialistas. Entre los respaldos están Alcorcón o los del sureste de la comunidad de Madrid.
Sólo hay dos regidores que optarán por respaldar al candidato que designe Ferraz. Son Sara Hernández (Getafe) y Francisco Ayala (Fuenlabrada). La duda es quién será. Se sabe que detrás de la operación está el entorno del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, que quiere mandar en el PSM. En las quinielas han estado desde el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, al actual ministro de Transformación Digital, Óscar López.
La opción de López parece haber cogido fuerza en las últimas semanas, y es el que deslizan en el entorno de Sánchez como alternativa, pese a que ya fue candidato en Castilla y León en 2011 con un nefasto resultado. No llegó ni al 30% de los votos pese a que el PP se disparó por encima del 51%.
Entre los partidarios de Lobato defienden abrir una nueva etapa al frente del partido y acabar con los dedazos de Ferraz para imponer candidatos. De la terna de candidatos del entorno de Bolaños destacan que ninguno es un Obama y que se podría "discutir" una candidatura única "si hubiese un carisma brutal" que pudiese competir contra Isabel Díaz Ayuso.
Queda por ver quién y cuándo anuncia la candidatura. La orden de Ferraz es esperar a que pase el Congreso Federal del PSOE, 29, 30 de noviembre y 1 de diciembre para empezar a abrir los melones territoriales. Se espera que uno de los más conflictos sea Madrid y, entre las sorpresas que está deparando este pre-congreso es la cantidad de apoyos territoriales que está logrando Lobato.
Unos respaldos que empiezan a recordar a los de Tomas Gómez. El exsecretario general del PSM llegó a presentarse en unas primarias contra la ministra de Zapatero, Trinidad Jiménez. La derrota en primarias de la candidata de Ferraz empezó a marcar el declive público del zapaterismo al ver como un barón ganaba al todopoderoso aparato federal del partido.