LD (EFE) Después de su esposa Berta Soler entregara una carta en la sede del Consejo de Estado, en La Habana, dirigida al dictador cubano, Fidel Castro, y protagonizara un protesta en un parque cercano, Ángel Moya, uno de los 75 disidentes encarcelados en 2003, se encuentra internado en el hospital militar "Carlos J. Finlay" para ser operado de una hernia discal.
"Todo estaba a favor mío y tenía la esperanza de que el traslado se iba a producir", dijo Berta Soler al regreso de la visita a su esposo de cuarenta años, condenado a veinte de cárcel junto a otros 74 disidentes el año pasado, acusados de "atentar contra el Estado" cubano.
En declaraciones a la agencia de noticias EFE, Soler afirmó que la impresión que recibió al ver a su esposo "fue terrible" porque "parece un viejito, está encorvadito y con muchos dolores en ambos pies". El disidente llegó el jueves por la tarde al hospital para someterse a exámenes médicos. Los especialistas se reunirán y decidirán sobre la operación a la que debe ser sometido.
