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Eusko Alkartasuna o cómo quedarse con Batasuna sin ser fagocitada por ETA

EA lleva años intentando quedarse con el electorado de Batasuna. Pese a sus descalabros electorales, sigue empeñado en esa táctica, que gira en torno al Foro de Debate Nacional y el Polo Soberanista. Ya negoció ir en coalición con Batasuna-ETA para las elecciones europeas, pero no hubo acuerdo.

1985 fue un año convulso para el PNV. El debate interno y público sobre el contenido de la Ley de Territorios Históricos, sobre si había que despojar o no a las diputaciones forales de sus competencias –que le son reconocidas en la Constitución– a favor del Gobierno vasco acabó de la peor forma posible para el partido que fundara Sabino Arana. Tras más de un año de intensa disputa, el en ese momento lehendakari, Carlos Garaikoetxea, y una parte del partido cogieron las maletas y se marcharon del PNV dando un fuerte portazo.

Reivindicando la necesidad de vaciar de competencias a las Diputaciones y de que éstas fuesen asumidas por el Gobierno vasco, Eusko Alkartasuna gozó de un importante apoyo durante muchos años en el electorado vasco. Pero éste ha ido menguando a pasos agigantados en la última década. Lejos quedan ya los tiempos de Garakoietxea, Ibarrondo y Oliveri encabezaron la escisión. Lejos quedan aquellos tiempos en los Eusko Alkartasuna era el referente del nacionalismo y el independentismo vasco en Guipúzcoa y Navarra.

En los últimos diez años, EA ha concurrido en prácticamente todas las contiendas electorales en compañía del PNV. Un hecho que les benefició sobremanera en lo que a obtención de cargos políticos se refiere, pero que les fue restanto mucho apoyo electoral, al verse fagocitados por el partido que han dirigido en este tiempo Xabier Arzalluz e Iñigo Urkullu. Conscientes de ello, los principales dirigentes de EA buscaron ampliar su espectro electotal, derivando el partido hacia la izquierda. El proyecto era consolidar a EA como el gran partido nacionalista y de izquierdas, atrayendo también los votos de la parte más nacionalistas de Izquierda Unida, de pequeñas formaciones como Zutik o Batzarre, de la recién escindida Aralar y la recién ilegalizada HB-EH-Batasuna.

En 2003, con la presencia mediática que le facilita su presencia en el Gobierno vasco de Juan José Ibarretxe y la sobrerepresentación que le otorgaba en la Cámara vasca sus listas electorales en coalición con el PNV, el partido pone en marcha esta estrategia con la creación del Foro de Debate Nacional, una asamblea en la que todas las fuerzas políticas de la izquierda nacionalista, desde la propia EA hasta el brazo político de ETA, tenían que desarrollar una "estrategia nacional conjunta" que avanzase hacia la independencia y dejando de lado cualquier "tipo de violencia". Como puntal de referencia de ese Foro, EA coloca al entonces parlamentario vasco Martín Aramburu Carrera.

El Foro de Debate Nacional y el Polo Soberanista

Pero esta nueva estrategia no fue bien vista por todos los dirigentes de Eusko Alkartasuna, algunos de los cuales consideraron que el partido estaba abandonando sus raíces para acercarse peligrosamente al espectro sociológico de Batasuna-ETA. Este sector crítico tenía como cabeza más visible al presidente del partido en Guipúzcoa, Iñaki Galdós.

Dos años más tarde, en 2005, ya surgen entre los oficialistas, los más cercanos a la por entonces presidenta del partido, Begoña Errazti, las primeras voces que reclamaban ir en solitario a las elecciones autonómicas de ese año, pero la dirección no se atreve a dar todavía el paso. Sí lo harían dos años más tarde, en las municipales y forales de 2007, en las que el batacazo electoral fue importante. No sólo porque su estrategia de buscar al electorado más radical y proetarra no tenía mucho sentido con ANV –la última franquicia electoral de ETA– en liza, sino también porque importantes alcaldes de EA, como Iñaki Beraza en Amurrio (Álava), no aceptan la decisión de no ir en coalición con el PNV y concurren a los comicios en plataformas locales.

Diciembre de 2007 fue un mes decisivo. En el VII Congreso del partido se apostó por la creación de un Polo Soberanista, una gran coalición de partidos y sindicatos nacionalistas comandados por EA, entre los que se integrarían la propia EA, Batasuna, Aralar, Zutik, LAB y ELA, entre otros. El pacto entre estas fuerzas tendría como punto de partida las coincidencias programáticas que hubiesen apreciado en el Foro Nacional de Debate. El encargado de hacerlo realidad sería Unai Ziarreta, que sustituía a Errazti en la presidencia del partido, que había ocupado entre 1999 y 2007.

El problema es que con su intento de apropiarse del electorado batasuno, EA terminó convirtiéndose en una caricatura de partido, defendiendo postulados que ya sólo pertenecen en la política vasca a Batasuna-ETA y su escisión, Aralar. Así quedó demostrado en las elecciones de 2009: de tener tres consejerías en el Gobierno vasco y siete representantes en la Cámara vasca, pasó a quedarse con un único diputado –ni Ziarreta revalidó su escaño– y sin consejerías, tras ser proclamado Patxi López como lehendakari.

Escisión y búsqueda de acuerdos con Batasuna-ETA

Tras más de dos años de advertencias, en los que habían caído en saco roto las denuncias de fagocitación por parte de ANV-ETA, el sector crítico del partido, encabezado por Iñaki Galdos, abandonó Eusko Alkartasuna. Junto a él, la gran mayoría de los cargos públicos guipuzcoanos –no renunciaron a los mismos–, y que crearon el partido Hamaikabat (H1!).

El batacazo electoral de 2009 provocó la dimisión de Ziarreta, que fue sustituido en el cargo de presidente por Pello Urizar. Peso a todo, el partido continuó su deriva buscando la creación del Polo Soberanista, que todavía creen que tendrían alguna opción de controlar. Estos intentos quedaron patentes en un auto del magistrado Baltasar Garzón tras la detención hace unos meses de Arnaldo Otegi y Rafael Díez Usabiaga, entre otros, por intentar reconstruir la dirección de Batasuna-ETA.

Según el mismo, en el proyecto de ETA para su brazo político, denominado Bateragune, se da luz verde a los principales dirigentes proetarras para que negociasen con Eusko Alkartasuna una "convergencia electoral", que se intentó ya para las elecciones europeas de junio de 2009, pero para las que no llegó a haber un acuerdo.

Pese a que el acuerdo no fue posible para la lucha por los escaños europeos, los principales dirigentes de Eusko Alkartasuna no han ocultado en ningún momento que siguen buscando la creación del Polo Soberanista, algo que han vuelto a reitirerar en distintas entrevistas públicas en las últimas semanas. Aunque eso si, siempre recuerdan que para que Batasuna forme parte de su Polo ETA debe decretar una tregua.

 

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