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Alberto Recarte

Petróleo y mistificación

La decisión del gobierno norteamericano de sacar al mercado parte de sus reservas estratégicas ha provocado una caída del precio del barril de alrededor de tres dólares. Ahora, nuestro vicepresidente Rato propone que también la Unión Europea lance al mercado sus reservas. ¿Estamos hablando de algo serio?

Los datos dicen que no. El consumo de petróleo mundial está en torno a los 77 millones de barriles/día. Las reservas estratégicas de petróleo americano alcanzan 600 millones de barriles, es decir, no llegan a 8 días de consumo. No se conoce que Europa tenga reservas estratégicas; tiene, lógicamente, provisiones para operar con normalidad, dados los tiempos de suministro.

¿Cómo es posible, entonces, que tan escasas reservas influyan en el precio? La respuesta tiene que considerar otros factores. Primero, los países productores están funcionando al límite de capacidad, luego en el mercado hay un sobreprecio para conseguir una garantía de abastecimiento, que sí podría lograrse con la mayor oferta procedente de las reservas estratégicas. Segundo, el anuncio del gobierno norteamericano se traduce en una oferta diaria, durante un mes, de 1 millón de barriles/día. Tercero, el miedo al desabastecimiento es real porque estamos a las puertas del invierno.

Si embargo, a medio plazo, si continúa el crecimiento de la economía mundial por encima del 4%, se requerirá una mayor producción de petróleo, que, sólo podrá conseguirse con el mantenimiento de los precios altos del petróleo, que además, obligarán a todo el mundo a reiniciar políticas de ahorro energéticas.

En conclusión, al margen de los muy probables intentos de manipulación política en Estados Unidos, para influir en las elecciones presidenciales, la salida al mercado de las reservas podrían resolver un caso agudo de falta de suministro marginal, esperando que el alza de los precios, ya ocurrida, provoque un aumento de la producción de petróleo y una retracción del consumo.

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