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Maite Cunchillos

La elección del CGPJ, como el huevo y la gallina

Ha de resultar muy difícil presentar a bombo y platillo una reforma en el sistema de elección del CGPJ cuando, en la práctica, ese cambio es muy pequeño. Hasta ahora, el Parlamento elegía a todos los vocales del Consejo. Con el nuevo sistema de elección, los jueces tendrán una “aparente responsabilidad” que, en realidad, será mínima. Como ocurre con el huevo y la gallina, nunca sabremos quién será realmente el ideólogo de la lista de los 36 posibles candidatos al CGPJ. ¿Lo discurrirán las asociaciones judiciales, o los Michavila, Caldera y Ollero de turno? ¿Esos 36 nombres surgirán de las sedes judiciales o del Parlamento?

El nuevo sistema de elección de los vocales del CGPJ permitirá que las asociaciones propongan más o menos candidatos, según sus afiliados: la Asociación Profesional de la Magistratura tiene 1000, Francisco de Vitoria, 400; y Jueces para la Democracia, más de 300. El problema está en que el CGPJ se niega a ofrecer el listado de los afiliados. Hay quien dice que es porque algunos de esos nombres corresponden a jueces muertos y a otros que han abandonado su asociación. Quizá por eso la APM y la Francisco de Vitoria discrepan del número de afiliados que asegura tener Jueces para la Democracia; y Jueces para la Democracia duda a su vez de la cifra que presentan las asociaciones conservadoras.

La fórmula mixta pactada por PP y PSOE no aclarará si las asociaciones judiciales son realmente independientes del poder político. Resulta difícil presumir esa independencia cuando ya se ha visto el malestar del Gobierno por algunas declaraciones críticas que han recibido “de los suyos” (la APM) a propósito de esta fórmula mixta. Del mismo modo, los portavoces socialistas de Justicia no han pactado nada sin conocer antes el parecer de su asociación: Jueces para la Democracia.

Ante este panorama, tres conclusiones: por fin hay pacto, que ya era hora. El cambio realmente no cambia tanto; pero quizá sea mejor, si tenemos en cuenta que las asociaciones judiciales no están dispuestas a oponerse frontalmente a los partidos políticos que de un modo u otro representan. Y por cierto, ¿qué dirá Belloch del Pacto? Supongo que nada bueno porque “la niña de sus ojos”, la Ley del Jurado, no ha aguantado el primer combate. Esperemos al menos que este Pacto supere en tiempo a la niña de Belloch.

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