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Andrés Benavente

Paz Estenssoro o el realismo

Ha fallecido en Bolivia, el ex presidente Víctor Paz Estenssoro. Figura clave del siglo XX en este país, tanto porque cruza toda la escena política en su segunda mitad, como porque su nombre se asocia directamente con dos importantes procesos políticos y económicos.

Al comenzar la década de los cincuenta del siglo pasado, encabezó la llamada Revolución Boliviana, liderando el Movimiento Nacionalista Revolucionario. En él se conjugaban nacionalismo y socialismo, dando como fruto un marcado intervencionismo económico, una suerte de co-gobierno con la entonces poderosa Central Obrera Boliviana, debidamente controlada por el movimiento; la identificación de las Fuerzas Armadas con este proyecto político y, por lo tanto, una democracia bastante precaria, como quedaría demostrado con la sucesión de generales que llegan al poder a través de golpes de Estado en la década de los sesenta.

Paz Estenssoro en este período fue dos veces presidente, y su movimiento logró institucionalizarse separadamente de su figura, hasta hoy. Su derrocamiento por los militares en 1964 y el largo período autoritario que le sigue, y que estuvo lejos de dar estabilidad al país, sucediéndose varios cuartelazos y golpes palaciegos, cambiaron su visión. Retornada la democracia en 1981, el gobierno de su correligionario Hernán Siles Suazo, hecho a la medida del antiguo estatismo, supuso un colapso económico tan profundo que debió abandonar el poder un año antes del término de su mandato. Esto terminó por convencer a Víctor Paz de que los años revolucionarios habían terminado.

Ya anciano, fue elegido nuevamente presidente en 1985. Encuentra a Bolivia sumida en una profunda crisis económica. La enfrentó con audacia y coraje: dando por sepultados sus viejos postulados socialistas y apostando por una salida funcional a la crisis, haciendo suya una estrategia de desarrollo basada en el mercado como principal asignador de recursos, en el redimensionamiento del tamaño y roles del Estado, en la liberalización y apertura económica y, de manera fundamental, en la expansión de la libertad personal.

Así, Paz Estenssoro inició una segunda y profunda transformación en Bolivia, la que permanece hasta hoy, posibilitando algo que parecía insólito al comienzo: crecimiento económico y estabilidad política, donde gobiernos de signo diverso comienzan a alternarse en el poder sin que intervenga el poder militar o la amenaza de una insurrección. Estos gobiernos, pese a sus distintos perfiles políticos, han tenido como común denominador su adhesión, con distintas intensidades, a la economía de mercado. En suma, Bolivia es hoy un país estable y no puede ignorarse la contribución que a ello hizo el realismo de Paz Estenssoro.

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