Menú
Enrique de Diego

Chávez tiene las manos manchadas de sangre

El mejor especialista que Venezuela tiene en golpes de Estado es Hugo Chávez. Me alegra leer en Libertad Digital el magnífico artículo de Armando Frontado. Desde el primer momento dije que lo vivido es un culebrón cuyo guión sólo podía haber sido diseñado por Chávez. Frontado sugiere que son los servicios secretos cubanos, según el viejo esquema de los dictadores de alejarse por un tiempo del poder para que afloren los enemigos y poder hacer la purga.

Increíble resulta que haya un golpe y un contragolpe militares sin una sola bala, ni una mera escaramuza. Esperpéntico que Hugo Chávez aparezca después de un supuesto cautiverio más fresco que una lechuga. Inexplicable que estando detenido mantenga una reunión con el arzobispo de Caracas paseando por la playa. ¿No estaba incomunicado? Dicen que fue liberado en una operación de comando de los paracaidistas. ¡Menudo comando! Ni un solo tiro, ni una balacera. ¡Lo de Mussolini por Otto Skozerny fue una chapuza al lado de los chicos del cuartel de Maracay! Curioso que el general en jefe siga en su puesto después de todo lo vivido. Esto es un culebrón de cuarta escrito por un personaje bananero, golpista con pedigree, que se ha desbocado por la senda del terrorismo.

El 11 de abril un inmensa multitud de venezolanos protestó contra la política de Chávez. No fueron disueltos. Con precisión, fueron masacrados. Los llamados círculos bolivarianos –nunca el nombre de Bolívar se había arrastrado tanto por el fango, ni se había enarbolado tan claramente para el asesinato en masa– se mostraron en su naturaleza de grupos terroristas, disparando a mansalva. Hasta el momento, en los periódicos no he leído que se haya producido ninguna detención por una matanza que supera los veinte muertos y decenas de heridos. Sin embargo, hay imágenes televisiva muy claras de los terroristas chavistas descargando sus pistolas sobre la multitud indefensa. No eran tiros al aire. Eran disparos certeros a la nuca de ciudadanos indefensos. Los asesinos son muy claramente identificables.

Existe constancia de que parte de esos disparos asesinos salieron del Palacio de Miraflores, del propio Palacio presidencial. ¿Disparó el mismo Chávez? La impunidad en la que, hasta el momento, están quedando esos asesinatos permite establecer la hipótesis de que Chávez o dio la orden u observó con complacencia la masacre. También hay imágenes muy claras de terroristas chavistas atacando a medios de comunicación sin que tampoco haya noticias de detención alguna.

Chávez era, antes, un payaso, y en buena medida su autogolpe ha sido una bufonada, pero, como el muñeco diabólico, maldita la gracia que tiene. Hay asesinos pertenecientes a sus grupos terroristas que andan por la calle; hay matones de los “círculos boliviarianos”, patentes asesinos, que siguen a estas horas amenazando. El responsable político de la matanza es Hugo Chávez como inductor. Pero mientras no depure responsabilidades, los matones andan sueltos porque él es el jefe de sus grupos terroristas.

En Opinión