A todo el mundo le hubiera gustado que la nueva Encuesta de Población Activa, la que ha empezado a hacer el Instituto Nacional de Estadística con los nuevos patrones diseñados por la Comisión Europea para todos los países de la UE con el fin de armonizar sus estadísticas sobre el mercado de trabajo, hubiera empezado con cifras mucho mejores. Pero la realidad va por un lado y los deseos por otro, de forma que la nueva EPA debuta en unos momentos de desaceleración económica y lo que recoge, como es obvio, son sus efectos sobre el empleo y el paro. De esta forma, la cifra de desempleados aumentó en 189.300 personas durante el primer trimestre, en consonancia con los datos que iba desgranando el INEM mes a mes.
Esta subida del paro obedece a dos motivos: uno estacional -el desempleo crece habitualmente en los primeros meses del año- y otro coyuntural -en tiempos de menos crecimiento económico las contrataciones se reducen-. Esto es lo que ha sucedido durante el primer trimestre, con un factor añadido, la reducción de la ocupación en 65.600 personas, un hecho que responde tanto a las jubilaciones producidas en el trimestre como a algunos ajustes empresariales o ceses de actividad -sobre todo entre las multinacionales de telecomunicaciones instaladas en España que, tras el estallido de la burbuja bursátil de las tecnológicas, han dejado de producir en nuestro país-. Sin embargo, todo parece señalar que esta tendencia puede haber llegado a su fin, ante los síntomas de recuperación económica que se van acumulando semana tras semana.
Mientras tanto, la tasa de paro se ha quedado en el 11,47%, algo más alta que en el trimestre anterior pero inferior al dato del 11,8% del cuatro trimestre de 2001 que recogía la antigua EPA. Y es que ahora las cosas se miden mucho mejor, con lo que son más realistas porque ni se infravalora el número de ocupados ni se sobrevalora el de parados. Esa tasa de paro sigue siendo alta y supera a la media de la Unión Europea, pero empieza a estar en pautas más normales para un país industrializado y que crece al ritmo que lo ha hecho la economía española en los últimos años y que lo sigue haciendo. Ese porcentaje revela también que, a pesar de lo serio que es el problema del desempleo en España, está en unos niveles perfectamente tratables con reformas estructurales como la del desempleo y que se puede beneficiar, además, del cambio de coyuntura que se está gestando.

El debut de la nueva EPA

En Portada
Servicios
- Radarbot
- Curso
- Inversión
- Securitas
- Buena Vida
- Reloj Durcal