Pues olé, olé y olé a estos hombres leales y sinceros. Ojalá que los distanciamientos de los radicales, hipócritas y maleducados (que deben ser los que están en el "quinto pino) se vayan reduciendo y así establecer unas normas de diálogo correctas.
Pues olé, olé y olé a estos hombres leales y sinceros. Ojalá que los distanciamientos de los radicales, hipócritas y maleducados (que deben ser los que están en el "quinto pino) se vayan reduciendo y así establecer unas normas de diálogo correctas.
Es absolutamente falso que, tras la Guerra Civil, se prohibieran las lenguas periféricas.
Es bien cierto que algún fanático llegara a exigir en la vía pública que se "hablara en cristiano".
Es también cierto que se prohibió la educación en dichas lenguas, así como el rotular en ellas, pero ¿no es lo que están haciendo ahora los nacionalistas?. Claro que aquello era una dictadura.
Me comentaba un colega que él había nacido gallego-parlante y que, gracias a la educación en castellano, se le abrieron horizontes que nunca habría soñado con el gallego. Aducía también que, en aquellos tiempos, la industria nacional gallega era la emigración, para lo que resultaba más útil el castellano.
En el País vasco, en los caseríos donde no llegaba la escolarización, se enviaba a las "neskas" a servir en Madrid o en Bilbao (donde por cierto, aparte del "agur", casi nadie hablaba euskera) a fin de que aprendieran el castellano y así, a la vuelta a la aldea, poder llevar los productos de la huerta al mercado y demás relaciones externas. Esto permitió que la mujer vasca fuera la auténtica ama de la casa o "etxekoandre", por ser la mejor dotada para los negocios familiares. por su conocimiento de la lengua general.