Un buen artículo sobre la sentencia del TC sobre el estatut lo tenemos en El Semanal Digital, escrito por Luis Miguez, titulado "la demolición el Estatut". La sentencia del TC, a través de las interpretaciones contenidas en los fundamentos jurídicos (que solo son 240 páginas del total de 881) liquida, vacia, elimina el estatut, pero los magistrados progres y su presidenta al frente HAN COMETIDO LA CANALLADA POLITICA de disimular y no llevar todo ese alcance al Fallo, para dar apariencia de que el texto apenas ha tenido correcciones. Pero esas numerosas interpretaciones afectan totalmente al contenido del estatuto y no son inocuas, son letales, simplemente se ha intentado ocultarlas no llevándolas al Fallo, para camuflar el destrozo realizado.
Que Cataluña será independiente cuando sea Estado es cierto. Que Cataluña no es una nación es cierto también, se ponga el TC como se ponga; se ponga Z como se ponga y se ponga Montilla y todos los demás nacionalistas catalanes como se pongan.
Cataluña no es un pueblo diferenciado del resto de España. Eso es lo que hay que negarle: su condición de pueblo con características nacionales diferentes de las españolas. Pero luchar contra el nacionalismo no permite tergiversar ni la historia ni la teoría del Estado como hacen ellos, y como haces tú, querido Pepe, en este artículo. España era una nación con los Reyes Católicos, es más, sin la idea de España nacida en la Hispania Romana y desarrollada en la Reconquista no hubiera surgido la idea de Soberanía Nacional del XIX. Porque lo que aparece en el S. XIX es el concepto de nación soberana a partir del principio de soberanía nacional o popular. Es decir del Pueblo como soberano frente al absolutismo anterior. Pero se conciba como se conciba la soberanía, la nación ya existía Pero los componentes de esa soberanía de esa idea de pueblo diferenciada de los demás. Llevaba siglos instalada. Y sin esa Historia pasada en común sin aquella lengua común, sin la religión católica, en el caso de España, sin una cultura propia, la idea del S.XIX no hubiera podido mantenerse. De hecho es en el S. XVII cuando se habla de Estados- nación. Así que nación había antes. Y esa nación era España, sin Cataluña como algo diferenciado. Esa es una tarea pedagógica que hay que emprender. Pero sin tergiversar la verdad

Los Estados crean las naciones, sí, pero sólo si esta creación se ha hecho sobre un pueblo o un conjunto de pueblos que conformen una unidad étnica y lingüística la nación creada llega a consolidarse. La unidad lingüística puede, claro está, ser sobrevenida y no previa. Es el caso, por ejemplo, de Francia con el idioma francés desplazando al occitano y a otros. También podría haber sido el caso de España, pero aquí el desplazamiento ha sido muy insuficiente y por eso estamos como estamos. Cuando la pluralidad lingüística persiste, la nación tiende a disgregarse. Es el caso actual de Bélgica y Canadá. Históricamente, están los ejemplos de Austria -a la que estuvieron unidas durante siglos Bohemia y Eslovenia-, o Hungría -unida a Croacia y a Transilvania (de mayoría rumana)-. Es también, nos guste o no, el caso de España con Cataluña.