Los 'liberados' sindicales disponen de 9.000 tarjetas de crédito que son costeadas por el resto de los españoles
César Román/AD.- Los casi 60.000 'liberados' que tienen los sindicatos españoles disponen de 9.000 tarjetas de crédito a cargo del presupuesto de sus sindicatos y que se financian a su vez a cargo de los Presupuestos Generales del Estado. El 40% tienen un gasto ilimitado, mientras que el resto puede gastar un máximo de 600 euros al día.
Ser 'liberado' conlleva no sólo no acudir al puesto de trabajo y que su trabajo tenga que ser realizado por otro empleado con el consiguiente gasto añadido para la empresa, sino que también tiene unos gastos de "representación". Con el objeto declarado de cubrir los gastos derivados en comidas, traslados, invitaciones o regalos, los sindicatos tienen en su poder 9.000 tarjetas de crédito y débito que utilizan sus 'liberados', miembros de las comisiones ejecutivas, algunos empleados de los sindicatos y personal de confianza.
Según estas mismas informaciones, el 40% de esas tarjetas son de crédito ilimitado, lo que permite al usuario poder gastar cuanto quiera, mientras que el resto tienen un tope diario de gasto de 600 euros al día. El mayor número de tarjetas obran en poder de UGT, seguidos de cerca por CC.OO, tras los que se encuentran sindicatos de corte nacionalista como la CIG o ELA-STV o corporativos como la CSI-CSIF, Sindicato de Pilotos, SEMAF etc. Cómo toda norma tiene su excepción, esta se encuentra en el sindicato USO que prácticamente no tiene tarjetas de este tipo.
Un gasto descontrolado y desmesurado en CC.OO
Una empleada de la Unidad Administrativa de Recaudación de CC.OO declaró que "el gasto de estas tarjetas es muy difícil de controlar y mucho más de exigir ningún tipo de explicación. Hay que tener en cuenta que quienes las usan son los cargos de confianza y miembros de ejecutivas y nosotros somos empleados suyos".
Según esta misma empleada, que nos pide encarecidamente que no citemos su nombre por temor a represalias, "hay veces que nos han venido gastos de noches de hotel de secretarios generales de algunos sindicatos provinciales, que iban acompañados de una segunda persona sin identificar, pero a ver quién sube y le pregunta quién era esa persona y para qué era ese gasto". "Nos limitamos a apuntar el gasto como representación y mirar para otro lado", remacha.
La Unidad Administrativa de Recaudación fue creada precisamente durante el mandato de Antonio Gutiérrez para controlar el cobro de cuotas y la administración de las finanzas y supuso en su momento fuertes fricciones entre los sindicatos de ramo o federaciones provinciales con la Confederación que les engloba a nivel nacional.
En la UGT los controles son todavía menores
Si esto ocurre en CC.OO, en UGT la opacidad es aún mayor, ya que los sistemas de control son más laxos. Según un dirigente de hostelería de la UGT "las tarjetas son necesarias porque no vas a estar todo el día pidiendo dinero ni adelantándolo de tu bolsillo". "Si tienes que invitar a comer a la patronal cuando negocias un convenio o preparando una movilización es lógico que lo pague el sindicato. Si luego hay gente que usa mal esas tarjetas yo lo desconozco, pero en un sindicato tan grande supongo que habrá de todo como en botica", añade la misma fuente.
Los gastos de estas tarjetas se han disparado desde que se convocó la próxima huelga general, según confirman las fuentes bancarias. Por lo que se ve, la huelga es una ocasión de oro para algunos sindicalistas para hacer gastos extras.
Basta con hacer cuentas de lo que pueden gastar diariamente 9.000 tarjetas de crédito para darse cuenta de las cantidades millonarias del despilfarro de nuestros sindicatos a cargo de nuestros impuestos.
Muy bueno, como siempre lo ha clavado.
La esposa del individuo que, desde los micrófonos de la COPE, animaba a los oyentes a seguir los postulados rugalcabianos. La gauche divine, pero de Madrid. Con chalet a las afueras. Lista, dicen que escribe bien; ocupa su lugar en el papel de Pedro J. y tiene el mismo sentido de la ética que cualquier progre que se precie.
Hay otras explicaciones al gusto que los líderes progresistas manifiestan por el lujo, a la vez que denuestan ese gusto cuando es de las clases pudientes, y es, aparte de su desvergüenza, inmoralidad y falta de escrúpulos, que se han acostumbrado y han acostumbrado al proletariado que les pagamos sus lujos y derroches a hablar sobre cualquier tema, desde una posición, la contraria y las múltiples intermedias a la vez, sin que se les caiga la cara de vergüenza. Y ademas que ese proletariado se lo admita sin mayores esfuerzas, animados incluso por el célebre eslogan supuestamente guerrista: "Ahora nos toca a nosotros".
Pero claro, llevan muchos años tocándoles, son muchos (enchufados) a los que tiene que tocarles, y la vaca no da mas de si en el ordeño, con lo que se ven obligados a comprar la "leche" fuera, "leche" que no podemos pagar por lo que hay que comprarla fuera
Que hay gafas y gafas, zapatos y zapatos. El concepto de gafas de sol o de zapatos 'de lujo' que manejen la Riglt, la Vega, la Bin Laden de turno o bien la señá Petra, no serán exactamente el mismo.
Lo de viajar en primera y pasarse al vagón de tercera al llegar a destino y que los que le esperaban le viesen que viajaba con los humildes lo tenía yo leído de Pablo Iglesias. Lo que no sé es si eso era fidedigno.
Algún día, creo que no muy lejano, volveremos a perseguir el delito de escándalo público. Se acabarán los pechos turgentes en las autovías -que pienso despistan mucho más que los toros de Osborne- las comilonas con cargo al presupuesto público y los modelitos fashion en los cargos públicos... ¿o debo decir "cargas públicas"?
Ja, ja, ja. Bien dicho, D. Pío. Pero, por cierto, ¿quién ha dicho que Carmen Rigalt sea periodista y no una cotilla?
El artículo de Carmen Rigalt es una chorrez ¿pero dónde está la novedad?
Desde que la leí en El Mundo felicitarse de que el cáncer prometía llevarse más pronto que tarde a Oriana Fallaci el retrato del personajete queda completo.
¿Qué puede esperarse de esta basura izquierdosa ? Saben que pueden permitirse el lujo de reirse de sus propios votantes que no son más que unos pobres diablos que los seguirán votando con tal de que no dejen de hablar mal de la iglesia, la derecha, el capital "explotador" y demás estereotipos demagógicos para minusválidos mentales