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Federico Jiménez Losantos

La noticia más importante en la historia de LD

Siempre he dicho que si el Gobierno y el PP quieren, se hará o se empezará a hacer justicia sobre el 11-M. Falta que realmente quieran, y las reacciones de hoy, empezando por la de Rajoy, son esperanzadoras.

El hallazgo de uno de focos de explosión de la masacre del 11-M, contado por Luis del Pino y Carlos Sánchez de Roda en Libertad Digital el pasado martes, es, sin duda, la noticia más importante en la historia de nuestro periódico, el más importante de los "nativos de internet", que ha alcanzado los tres millones y medio de usuarios únicos y el doble de páginas vistas que nuestro primer competidor. Valdría lo mismo si los usuarios únicos fueran la mitad de la mitad de la mitad, pero son más de tres millones, de nivel cultural y económico medio-alto y con gran presencia de lectores jóvenes, para los que la Prensa ya no es lo que se vende en los quioscos sino lo que se lee en la Red.

Esta noticia y su extraordinario efecto legal tras ordenar Torres Dulce su inmediata investigación fiscal nos permite olvidar el habitual boicot de la progredumbre periodística o la mezquindad de los pocos medios que dicen buscar la verdad sobre el 11-M, pero, por lo visto en este caso, sólo cuando ellos han descubierto algo. Nosotros tenemos a gala contar siempre en nuestro periódico, nuestra radio y nuestra televisión cualquier hallazgo sobre el 11-M, venga de donde venga, lo consiga quien lo consiga y, por supuesto, citando la fuente. Y así seguiremos, porque según la frase imborrable de Gabriel Moris, nunca vamos a "olvidar lo inolvidable".

Pero ese respeto a los muertos en la masacre que ha cambiado y para mal la historia de España nos obliga también a manifestar, tras la satisfacción periodística, la preocupación cívica. La decisión de Torres Dulce debería conducir a la investigación a fondo de la destrucción y falsificación de pruebas del 11-M, cuyo exponente más conocido es Sánchez Manzano, pero no el único ni el más importante. Hace pocos días, una juez rectificó lo que apreciaba un mes antes y ha archivado la denuncia contra el jefe de los TEDAX que de manera clamorosamente ilegal manipuló y destruyó –presuntamente, faltaría más- pruebas esenciales para buscar y juzgar a los terroristas del 11-M. Dijo que era "cosa juzgada", cuando lo único que había era una denuncia harto sospechosa de cierto partido de extrema derecha y que se refería sólo a uno de los asuntos investigables de Sánchez Manzano, denuncia que fue archivada.

Pero ni lo denunciado era todo lo investigable de Sánchez Manzano, ni pudo incluir las novedades alumbradas en la investigación de la juez Coro Cillán, ni, lógicamente, pudo dar cuenta de la evidente obstrucción a la justicia que demuestra la aparición del vagón del 11-M en los arruinados montes de chatarra de la empresa Tafesa, concesionaria de Renfe. En el 11-M está casi todo por investigar, pero hay algo que ya se puede juzgar: la descarada destrucción de pruebas y la sistemática obstrucción a la Justicia. Torres Dulce dijo que "de cosa juzgada, nada", pero en vez de recurrir un yerro judicial tan terrorífico, esperanza casi última de las víctimas del 11-M, dijo que no presentaría recurso porque no lo veía "técnicamente" factible. De ahí nuestra sorpresa al responder hoy a preguntas de Cristina Altuna, de esRadio, que ayer ya había dado órdenes de actuar a la fiscalía. En pocos minutos, adiós al cerco informativo y al silenciamiento político de LD. ¡Había hablado el Poder!

Pero los lectores de LD, curtidos en decepciones y deserciones a propósito del 11-M, dieron la voz de alarma en los primeros comentarios a la noticia: el fiscal investigador sería o podría ser un tal Escribano, izquierdista radical que se habría significado en la operación contra Coro Cillán, que es como decir contra la investigación de los muchísimos cabos sueltos del 11-M. No tenía noticia del fiscal Escribano, pero sí sé que el fiscal ha apoyado muy eficazmente a Cillán y que la fiscal Olga Sánchez es responsable junto al juez del Olmo de la instrucción más calamitosa de la justicia española, precisamente en la masacre más atroz de nuestra historia. O sea, que hay jueces y jueces, fiscales y fiscales, gente decente y malvados redomados.

A cualquier lego se le ocurre que alguien tan significado –siempre según nuestros lectores, sin duda del gremio policial o del judicial- en el intento de destrucción de la tarea de Cillán sobre el 11-M es el último al que se le puede encargar que investigue una prueba crucial sobre ese mismo caso. Y entiendo a quienes piensan que puede tratarse de una trampa de la Fiscalía. Sin embargo, siempre he dicho que si el Gobierno y el PP quieren, se hará o se empezará a hacer justicia sobre el 11-M. Falta que realmente quieran, y las reacciones de hoy, empezando por la de Rajoy, son esperanzadoras. ¿Es un cambio de verdad? ¿Tiene truco o trampa? Muy pronto lo sabremos y, naturalmente, lo contaremos y valoraremos. Para eso está Libertad Digital, desde Marzo del año 2000. Y en esa lucha, ahora más que nunca, vamos a seguir.

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