Menú
Ketty Garat

Cuando el PP dice NO, el Gobierno dice SÍ

Los tuyos andan bastante más 'desorientaos' que yo. Todavía no saben eso de que una cosa es el Gobierno y otra el partido.

Querido Pablo:

Te escribo tras el maratón del Consejo de Ministros que más que una rueda de prensa parecía una huelga de hambre. Cuando vi a algunos avezados periodistas llegar de la cafetería de estadística cargados de bocadillos de tortilla y atún con pimientos, pensé: "Qué lenta he sido". La verdad que acostumbrada a los cuatro años de intensa actividad parlamentaria, comparecencias de ZP, negociaciones in extremis y ocurrencias gubernamentales, ando yo con el pie cambiao con un Rajoy que no comparece en el Congreso, huye del Senado y no habla con el líder de los de mi acera, Ferraz. Es el motivo de que vaya yo tan lenta de reflejos.

Pero los hay peores. Me refiero a los tuyos y a los míos. Es curioso como PP y PSOE, que no consiguen pactar ni la voluntad de pactar, se pusieron de acuerdo en el veredicto sobre el hecho histórico que la sociedad española vivió esta semana: las disculpas de Su Majestad el Rey. He de decirte que cuando el consenso se presenta como una verdad absoluta, mi primer impulso es el de rebelarme. Entiendo, y comprendo, lo que me cuentas: la necesidad de Rajoy de focalizarse en la economía y no abrir vías nuevas de agua en un barco que ya chocó contra su iceberg. Sin embargo, aunque el debate es "muy peligroso", me arriesgaré.

También en Ferraz respiraron tras el hecho histórico. "Todo un rey, en muletas, y casi llorando; pidiendo perdón... Es un gesto de inmenso valor. Dice mucho de él. Creo que mejora su imagen", me dijo un exministro muy cercano al monarca. La mayoría lo alabó, pero los jefes sabían incluso que daría ese paso. Ya viste esta semana a mi Soraya adelantando la declaración que haría el rey un día después. Después de la imagen, los míos también enviaron mensaje: "El Rey ha hecho bien" pidiendo disculpas, dijeron. Y como en España hay veces que parecemos lelos, enseguida todo el mundo se enzarzó en un debate sobre el valor de pedir perdón y la diferencia que marcó el monarca con los políticos que nunca lo hacen. Obviaron todos una diferencia mucho mayor aún: al Rey no lo eligen en las urnas; no es una persona sino una institución protegida por la Constitución Española. Un órgano constitucional que dejó de serlo cuando decidió irse de caza cuando España estuvo al borde del rescate.

Como tantas veces en política, una cosa es lo que dicen y otra lo que piensan. Y no son pocos los que reconocen en privado que la Casa del Rey ha evidenciado claramente su debilidad. Primero, porque no consiguió convencer al monarca de cancelar un viaje inoportuno y lamentable y que por ello se mantuvo en secreto. Segundo, porque lo histórico es una petición de perdón que jamás habría aconsejado la Zarzuela si no fuera porque la monarquía atraviesa un momento complicado entre el yerno, el nieto, el cazador y la prima (y no hablo de la de riesgo). Lo cierto es que todos miran a otro lado, pero Felipe ya ejerce, para los que creemos que llegó su hora y los que no; para quienes defendemos la monarquía y los que no; para todos.

Cambiando de tercio, te reconozco que cuando me has dicho que Cospedal no es del Gobierno pero "como si lo fuera", me he preocupao. Porque los tuyos andan bastante más desorientaos que yo. Todavía no saben eso de que una cosa es el Gobierno y otra el partido. Le pasó a Carlos Floriano, que se atrevió incluso a desautorizar a un ministro. Pero cuando ayer escuché a Alfonso Alonso decir que el Gobierno "no se planteaba cambios legales" sobre RTVE, pensé: "Verás". En torno a las 15:00 en Moncloa y con un retraso interminable, me aventuré con unos colegas: "Me da a mí que están hablando de RTVE". "¿Por qué? ¿Sabes algo", me replicó una. "No", le dije, "es que ha salido un portavoz diciendo que no. Veremos qué pasa". Y ya ves. Se confirma la tendencia: cuando un portavoz del PP diga que no, el Gobierno dice que sí.

En cualquier caso, el órdago de Soraya a los míos es una buena estrategia. Un ultimátum para forzar al PSOE a negociar. Espero que sea sólo eso... porque los míos andan más sueltos que Lassie; bufando en Twitter y orquestando una ofensiva que comenzará este mismo fin de semana. Como realmente legislen para que no sea necesario un acuerdo con el PSOE para renovar RTVE, mi esperanza de unos pactos de estado ya se puede ir esfumando; y la tuya de descansar la semana que viene, también. Sería blindarse, más aún, en su mayoría absoluta... ¿Pero es que sólo se pueden poner de acuerdo sobre el Rey?

Un beso

En España

    0
    comentarios