Cristina a ver si convences a J. Gª. D. de que las CC.AA. se han convertido en el monstruo del cuento de Monterroso. Sí, prestan servicios tan básicos como Sanidad y Educación, que parece ser que nadie queremos que se recorte nada, pero se podrían racionalizar ¿no?
Luego los 17 parlamentos legislando, a veces es casi imposible saber cual es la norma aplicable, y eso que está Internet, sino el casi habría que quitarlo. Subvenciones para estulticias varias. Comunidad de poco más de un millón de habitantes, tiene 120 entidades (organismos, empresas, fundaciones, etc,). En todo este periodo tan dramático, donde parecía que la presión de Merkel, los mercados, el F.M.I. y demás, serian capaces de echar abajo incluso las propias autonomias (ahi estoy con JGD, antes muertos) no han suprimido ninguno, parece ser que están en ello. Si, ya sé que estos recortes no resolverian el problema principal, pero además de ayudar, serían un buen ejemplo y creo que ayudarian a aceptar otras medidas, y a mentalizarse de que el ser más pobres, como ocurre en las familias, significa disminuir nivel de vida.
Y lo peor, a mi parecer, es que todos los recortes que se hagan por necesidad, al menor atisbo de recuperación, volverán a ser recuperados y superados; sólo albergo la esperanza de que se produzca esa supervisión de las cuentas públicas a otro nivel, suponiendo que el euro no salte por los aires.
Finalmente, planteo una cuestión ¿que porcentaje de población, incluyendo creadores de opinión, políticos, etc, conocen el mero dato de que gran parte de las famosas subastas de deuda, son simplemente para pagar los intereses de otras anteriores y, sobre todo, lo que eso significa?
Cristina, hoy yo focalizaría el divorcio en otra faceta: la de la bilateralidad pretendida. Los dignatarios de la Generalitat no son tan renuentes a los recortes en su demarcación -siempre que sean donde a ellos les plazca- como a participar en un tótum revolútum al nivel de iguales con riojanos, manchegos y andaluces bajo la autoridad del de la nación española. A los de la Junta les ha tocado personalizar, olvidadas las propias culpas, la rebelión ciega de la izquierda frente a la racionalidad económica del mercado y de la moneda europea. También se avizora por estos lares alguna pretensión de bilateralidad; fien fuera catalano-reactiva o, acaso, endógena, andalusí-romántica. Aún está latente, pero puede ser apreciada por espíritus sensibles. Anecdóticamente, puede observarse en el ceceo/seseo proliferante entre los políticos y medios regionales.
Con afecto.