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Federico Jiménez Losantos

Soraya.cat contra Albert.es

Cuando Floriano es el heraldo disléxico del verbo sorayino, está claro que el PP se ha quedado dramáticamente afónico.

Cuando Floriano es el heraldo disléxico del verbo sorayino, está claro que el PP se ha quedado dramáticamente afónico.

Soraya Sáenz de Santamaría, monedera de Prisa o viceprisa de Rajoy, usó este viernes la mesa en que como Portavoz del Gobierno sólo puede hablar de los asuntos de todos los españoles –obligación de la que presumía- para atacar a Albert Rivera con el nivel intelectual que cabe esperar -escaso o nulo- pero con el indudable interés que para la opinión supone ver a un PP que, sencillamente, no sabe qué hacer con Ciudadanos.

No es el único caso. Tampoco sabe qué hacer con Podemos, criatura nacida del duopolio rajoyano Tele5-A3 y amamantada por el Gobierno para meter miedo al electorado enfadado con Rajoy; tampoco sabe qué hacer en las candidaturas de Madrid, donde tras ningunear a Aguirre para anunciar que sólo difiere su designación, azuza a sus servimedios contra González para luego, seguramente, rendirse a la evidencia y nombrarlo candidato; también vacila en Valencia, donde tras menospreciar a Fabra va camino de ovacionarlo; y en Asturias ha tropezado y caído antes de empezar a correr.

Después de que Rajoy haya presumido tanto de lo que calla o de hablar por boca de ganso tartamudo, a tres meses de las elecciones municipales y autonómicas que sin duda van a cambiar todo el mapa político español, vemos a un PP sin estrategia electoral, si alguna vez la tuvo, a un Gobierno que no sabe cuáles son sus enemigos ni sus aliados y que no deja de darse pisto ni de hacer el ridículo. Cuando Floriano es el heraldo disléxico del verbo sorayino, está claro que el PP se ha quedado dramáticamente afónico.

Criada de Cebrián en Barcelona, madama de Cataluña en Madrid

Efectivamente, abrió el fuego contra Ciudadanos esta semana Carlos Floriano, heraldo extremeño de Cospedal, cuya designación como portavoz electoral sólo se explica por la innecesaria vanidad de la lideresa albaceteña de que echemos en falta a la señora cuando manda al criado. Alguien, en el coro de talentos de la escolanía genovesa, debió sugerir la descalificación de Ciudadanos por el delito ser un partido español pero catalán. Y hacerlo con la fórmula -ya usada contra la Operación Roca en la TVE felipista por Enric Sopena- de nombrarlo (para menospreciarlo) en un catalán castúo o catañol menguado que sonaba algo así como: "Chiudatans".

No es fácil encontrar una vileza tan de fondo –atacar a los catalanes que defienden a España- con una torpeza de forma tan miserable –y perpetrada por los que esclavos durante décadas de Convergencia, no hablan español ni catalán -. Son los mismos que se han pasado décadas cortejando a Pujol, los que votaban hace dos años los presupuestos de Mas, los que han permitido y financiado que Cataluña sea un territorio donde impera todo lo que se oponga a España y se impone todo lo que favoreza el separatismo, los que aceptan que no se pueda estudiar en español en Cataluña (en contra de Ciudadanos), los que atacan a Ciudadanos por ser españoles de frontera y no de nómina.

Son, sí, los que, representados por la Vicepresidenta del Gobierno, se fueron a Barcelona a empezar el año rindiendo pleitesía a la versión para internet en catalán subvencionado o separatista alquilón del diario El País, llamada elpais.cat ; los que, en la boquita abierta de Soraya cuando Cebrián hablaba una especie de valenciano birrioso que quiso colar como catalán esforzado, se extasiaban ante todo lo que venga en catalán de la Cataluña separatista y del Madrid liquidacionista. Los que aceptan, como en el referéndum que según Soraya nunca se iba a celebrar y que, por supuesto, se celebró, lo que en Cataluña cava cada día la división civil, la ruina del Estado y el desguace de la nación española- Son estos mismos redomados traidores los que pretenden ahora descalificar a Ciudadanos y a Albert Rivera por ser catalanes de los que quieren ser españoles. ¡Ellos, que vienen protegiendo desde hace décadas a los Pujol, Mas y Duran, a los que han hecho de ser antiespañoles el único negocio –ilegalísimo- de Cataluña!

No entraré siquiera en el hecho de que esas mismas encuestas que les dan miedo por el auge de Ciudadanos son las mismas que deberían alentar sus esperanzas de tener alguien con quien pactar la conservación de muchas áreas de poder, hoy municipal y regional, mañana nacional. Ni señalaré el disparate de presentarse en las elecciones catalanas de Septiembre haciendo campaña contra Ciudadanos junto a los separatistas de todos los partidos y medios de comunicación, que son aplastantes excepto en el ánimo de los que allí votaban al PP. En Rajoy, Soraya, 'Floniaro' y los arriolos, el cálculo a corto plazo, apenas tres meses, garantiza el más seguro de los fracasos a no muy largo plazo, apenas nueve. Rara vez la idiocia ha servido tan brillantemente a la inepcia y al deshaucio del Poder. Y es que, al paso que lleva, a Rajoy sólo le va a quedar como socia de Gobierno Ada Colau.

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