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Agapito Maestre

La coherencia de Ciudadanos

Es coherente Ciudadanos, porque lleva diez años defendiendo una idea sencilla: España no se negocia.

Trágica es España: bajo una anormalidad, o peor, bajo los efectos de un golpe de Estado postmoderno tendrá la ciudadanía que ir a votar el 20-D. Una vez más, y cuesta recordar las fechas de las otras situaciones excepcionales o sea dramáticas, se plantean unas elecciones generales bajo la "amenaza" de un golpe de Estado, o peor, bajo el yugo de los secesionistas catalanes. El Gobierno, en vez de acabar con rapidez con esta situación excepcional, no solo mira para otro lado, sino que hace demagogia con un único objetivo: sacar provecho electoral de la crisis. La cuestión básica de estas elecciones es, pues, sencilla de plantear: ¿sacará rédito político suficiente Rajoy de la crisis catalana?, ¿conseguirá ganar las elecciones parando el golpe de Estado de los secesionistas catalanes? Estoy convencido de que lo sacará, otra cosa, naturalmente, es si será o no suficiente para satisfacer sus expectativas.

Lo cierto es que si la próximas elecciones se decidieran por la coherencia de los partidos políticos ante el golpe de Estado de los secesionistas catalanes, estoy convencido de que las ganaría Ciudadanos. Sencillamente, porque toda su campaña electoral, en coherencia con su acción política, está planteada sobre una cuestión central, a saber, la propia existencia de España. Ese asunto es, en mi opinión, más relevante al que plantean los otros partidos como ejes de sus campañas: el PP plantea como eje de su campaña la recuperación económica, Podemos solucionar las desigualdades y el PSOE algo así como suprimir la asignatura de religión. Para Ciudadanos no son prioritarios, aun siendo importantes, los temas de la recuperación económica, la cuestión de las desigualdades o quitar la asignatura de religión como quiere Pedro Sánchez. La defensa de la unidad de España que presenta Ciudadanos no tiene parangón con los temas estrellas de los otros partidos.

Por eso, precisamente, son muchos los que piensan que el golpe de Estado de los secesionistas catalanes ha venido a resolverle la papeleta a Rajoy. Ante la cuestión nacional su principal activo para esta campaña, la recuperación económica, se queda en nada. Le vendrá bien, pues, a Rajoy la crisis secesionista. Pero, ante sus dudas, es menester poner en valor la posición de Ciudadanos. La reacción del grupo parlamentario de Ciudadanos, en la asamblea catalana, fue inmediata y tajante; presentó dos iniciativas contra las propuestas secesionistas: el primer texto demostraba la inviabilidad judicial de la iniciativa separatista, que rebasaba desde el principio hasta el final todas las fronteras que lo separaban de la conducta criminal contra el Estado de Derecho español, y el segundo era una defensa clara y distinta de la unidad de España. Una vez más, ahora con más fuerza que en el pasado por ser el grupo mayoritario de la Oposición, la actitud y la iniciativa de Ciudadanos eran inequívocas. Limpias. Transparentes. A esa doble petición se sumó el PP de Cataluña, aunque no pudo hacerlo formalmente porque aún no estaba constituido el grupo parlamentario de ese partido en la Asamblea catalana, y rechazó el ofrecimiento, como en otras ocasiones, el PSC. Ciudadanos actuó coherentemente con su pasado y volvió a dar una lección de coraje democrático, mientras que el PSC ha mostrado sus terribles debilidades a la hora de defender la unidad de España.

¿Qué dirá un futuro historiador de la actitud del PP ante el secesionismo catalán? No lo sé, pero, de momento, no parece que Rajoy esté demostrando demasiada altura de miras, a pesar de haber convocado a todos los partidos políticos para hablar con él en La Moncloa. Sí, a pesar de tanta escenificación para detener el golpe de Estado, la iniciativa en la defensa de la nación es antes de Rivera que de Rajoy. Rivera lo ha expresado con sencillez: aparte de las acciones del Tribunal Constitucional, es menester suscribir un pacto de las fuerzas democráticas acerca de la defensa del artículo 1 de la Constitución y dejar claro que, independientemente de los resultados de las elecciones del 20-D, nadie gobernará con quienes propongan la secesión de España. Podrá gustar más o menos, pero nadie puede poner en duda que Ciudadanos lleva la iniciativa y lo explica magistralmente. Es un discurso sincero. Es una propuesta quizá tocada por la candidez, más propia del poeta popularista que del político baqueteado en mil reyertas, pero es honesta. De poesía popular. Es coherente Ciudadanos, porque lleva diez años defendiendo una idea sencilla: España no se negocia.

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