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Miguel del Pino

Maternidad canina. El icono de Galicia

La resistencia del animal a abandonar su camada perdida es todo un canto a la maternidad.

Por duras que sean las circunstancias políticas por las que atraviesa Cataluña no podemos olvidar a otras partes de España, Galicia y Asturias, que están sufriendo el desastre de los incendios y sus consecuencias. De ellas nos acordamos con el mayor afecto.

Que nadie nos interprete mal. Por supuesto que en primer lugar ponemos al hombre, y en especial al paisano, o al palheiro que son quienes han sufrido la destrucción de sus hogares y de sus medios de vida, pero en medio de los desastres brotan historias de animales verdaderamente conmovedoras.

Los incendios de Galicia ya tienen su propio icono: una perrilla cuya imagen ha dado la vuelta al mundo en soporte informático y que no es más que una mestiza de palheiro que no tendría cabida en las pasarelas de los concursos caninos, pero que lleva en su boca a su cachorro carbonizado tratando de salvarlo.

También un animal, en este caso la perrilla con los restos de lo que fue uno de sus hijos, puede convertirse en todo un símbolo y llamar la atención sobre un problema cuya solución resulta acuciante: el drama de los incendios forestales.

Aquello de que una imagen vale más que mil palabras está en este caso bien a la vista, la resistencia del animal a abandonar su camada perdida es todo un canto a la maternidad, una de las facetas más conmovedoras del comportamiento animal que más nos enternece, porque los humanos, en el fondo, somos buenos padres, aunque no tanto como otros parientes zoológicos.

La perra de Galicia me ha hecho recordar un histórico documental de Félix Rodríguez de la Fuente perteneciente a su serie El hombre y la Tierra, el segundo de los que dedicó al lobo ibérico. Acosada por los hombres del pueblo que habían organizado una batida contra los lobos del monte, una loba parida trataba de trasladar sus cachorros de la "lobera alta" a la "lobera baja", porque casi siempre estos cánidos salvajes cuentan con un segundo refugio de seguridad por si la camada es descubierta, pero en la filmación de Félix no pudo salvar al último de sus pequeños.

Como la perrilla gallega, la loba llevó largo tiempo en sus fauces al cachorro muerto y finalmente trató de enterrarlo con el hocico. Las imágenes, unidas a la elocuencia del gran naturalista, que hablaba de la "infinita ternura" de la pobre loba, consiguieron un punto de inflexión en la consideración de los españoles en general acerca de su visión de la fauna salvaje.

Como aquella hermosa loba la perra gallega puede también remover conciencias, en este caso sobre la necesidad de gestionar bien los montes y de evitar a toda costa los incendios forestales. Aunque no dispongamos de imágenes sobre muerte de personas, las ha habido, y no digamos en nuestro hermano Portugal, de aquí que las negligencias sobre la gestión del fuego sean verdaderamente criminales, aunque no tanto como las manos que voluntariamente encienden y atizan el fuego.

Nos enfrentamos al número uno de los problemas ambientales de la Península Ibérica. Ante el dolor y el desastre caben muchas reflexiones, pero las primeras deben conducir al auxilio inmediato y a no escatimar recursos para atender a las personas damnificadas.

Muchos de los héroes que han participado de manera ejemplar en la extinción de los incendios de Galicia y Asturias, sean paisanos o profesionales, llaman la atención sobre la resistencia que suelen ofrecer las personas que tienen animales a ser rescatadas del peligro inminente de las llamas cuando su salvación implica abandonar a sus animales. No sólo hablamos de sus mascotas sino también de su ganado. No todo el interés es material, muchas veces predomina el aspecto afectivo.

En lo referente a las mascotas el apego llega a ser tal que en la vecina Portugal se está pensando en incluir entre las medidas de gestión de los incendios la recomendación de que los propietarios de animales de compañía que vivan en medios rurales dispongan de transportines o jaulas adecuados para una evacuación de emergencia: se evitarían así numerosos fallecimientos, de animales y de sus amos.

No sabemos cuál será el futuro de la perra heroica de la fotografía que comentamos: desearíamos que se haya salvado y que sus amos la cuiden como merece. Los canes de palheiro tienen como misión principal defender los cruces de las corredoiras, especialmente en los campos de cultivo de frutales. Son simples ladradores que en su vida han llegado a morder ni atacar a nadie, pero imponen cierto respeto cuando se encuentran en su territorio. Ladran, porque para eso los mantiene su amo, así de sencillo.

No nos extrañaría que pronto supiéramos más datos sobre ella, como su nombre, su pequeña historia y la identidad de sus dueños; de momento nos basta con su testimonio sobre la intensidad del comportamiento de defensa de las crías que afecta a tantos animales, domésticos y salvajes, para que la nombremos icono viviente del dolor de Portugal, Galicia y Asturias.

Un abrazo a todos los paisanos afectados y una caricia para la perrilla.

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