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Miguel del Pino

Operación Jungla contra el "oro verde"

El Seprona ha detenido a nueve personas presuntamente implicadas en una red de tráfico ilegal de especies protegidas.

Con el término "Oro verde" se suele calificar a la ingente cantidad de dinero que genera el contrabando de especies animales y vegetales silvestres a través de las fronteras de los países desarrollados. Estos tesoros naturales proceden de paraísos exóticos que venden su naturaleza para tratar de remediar su pobreza.

Además de implicar el peligro de extinción para las especies objeto de tráfico, que en muchos casos se encuentran en situación de grave riesgo en este sentido, este triste comercio ni siquiera supone un alivio económico para los nativos cazadores, ya que la "parte del león" se reparte entre las redes de intermediarios y traficantes.

No estamos hablando de un tema de importancia exclusivamente científica, ya que el contrabando de fauna y flora rivaliza en montante general con los del tráfico de armas y droga; por lo general ocupa el tercer lugar en esta lista negra, pero en algunos periodos de tiempo llega a superarlos.

El desequilibrio del reparto de beneficios llega casi siempre a proporciones escandalosas: recordemos que en los pasados años setenta y ochenta, cuando los grandes guacamayos eran cazados en las selvas amazónicas al no haberse desarrollado todavía la crianza en cautividad, un ejemplar de Ara ararauna o de su primo hermano el Ara macao (guacamayos azul y rojo respectivamente), alcanzaban en el mercado el equivalente a los actuales mil euros mientras el indígena cazador era retribuido con apenas diez o veinte céntimos.

No sólo los animales o las plantas vivas; también sus restos, como los objetos fabricados con caparazones de tortuga carey o los de marfil de elefante o hipopótamo, eran objeto de activo tráfico. No sólo el mundo de las mascotas ilegales, sino también los del surtido de materiales de adorno o de decoración se cebaban en los ataques a la naturaleza.

La superchería y los ingredientes de la llamada "medicina china" han supuesto un goteo imparable de muertes de animales de diferentes especies protegidas. Los "osos de luna" asiáticos, como el del Tibet (Selenarctos tibetanus), llamados así por el diseño blanco en forma de media luna que presenta en la zona pectoral su pelaje negro, son diezmados o criados en condiciones miserables para obtener periódicamente su bilis, a la que se atribuyen ilusorias propiedades curativas contra varias enfermedades.

Un capítulo aparte supone el caso de los cuernos nasales del rinoceronte: los mercados orientales atribuyen al polvo de queratina derivado de su molienda unas propiedades afrodisíacas milagrosas, de manera que acaudalados ancianos de aquellos países son capaces de pagar verdaderas fortunas para recuperar la juventud perdida; así de absurdo.

El tráfico del polvo de cuerno de rinoceronte no sólo se ha cobrado vidas de este paquidermo, sino también humanas: en las reservas africanas los vigilantes disparan contra los furtivos, y en los zoológicos y museos de Europa hay que tomar medidas de vigilancia para evitar la actuación de redes criminales que desafían con sus acciones la imaginación del mejor escritor de novelas: increíble pero cierto.

Operación Jungla

En anteriores ocasiones ya nos habíamos referido en estas páginas digitales al "oro verde" pero en esta ocasión el tema vuelve la actualidad con motivo de una nueva actuación del Seprona contra las mafias del tráfico de especies que ha recibido el nombre de "Operación Jungla"

En dicho operativo se han producido nueve detenciones y se investiga a varias personas más, todas ellas presuntamente implicadas en una red de tráfico ilegal de especies protegidas, muchas de ellas de gran rareza y singularidad que justificaba su elevado precio.

El grupo de los reptiles, con más de 600 ejemplares decomisados figura a la cabeza de las incautaciones. Se trata de especies procedentes de África, Asia, América y Oceanía. A los arrestados se les imputan delitos contra la fauna, contrabando, pertenencia a organización criminal, falsedad documental y maltrato animal.

Algunas de las especies objeto de esta red de traficantes eran la rara "Iguana fiji", procedente de las islas que le dan nombre y en grave peligro de extinción, los lagartos del género Uromastyx, varios varanos y camaleones y también tortugas de gran valor, como la Terrapene nelsoni, procedente de México.

El importe de los animales decomisados no se ha calculado todavía, pero podría alcanzar cifras millonarias; la red que los introducía en la UE trataba de camuflar los ejemplares capturados en la naturaleza como si procedieran de la cría legal en cautividad, y para ello disponían de expertos falsificadores de certificados.

Este tipo de comercio, criminal y fraudulento, perjudica muy gravemente a las asociaciones de estudio y crianza de animales exóticos para su comercialización legal con los correspondientes "papeles". Solo los muy expertos pueden distinguir los pequeños detalles de morfología y conducta que casi siempre diferencian los domésticos de los capturados, lo que multiplica la dificultad de las investigaciones.

Sólo falta felicitar una vez más al Seprona por la eficacia de sus investigaciones, que en este caso comenzaron con la detención en un aeropuerto holandés de tres ciudadanos españoles que portaban en sus maletas 200 especímenes valorados en 150.000 euros.

"Operación Jungla" es la que arroja mayor volumen, económico y científico, de todas las de este tipo desarrolladas en España.

En Tecnociencia

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