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Pablo Planas

El profesorado catalán

La mayoría estaba, está y estará por el golpe y por redondear la inmersión lingüística con la aniquilación de todo lo que signifique España.

La mayoría estaba, está y estará por el golpe y por redondear la inmersión lingüística con la aniquilación de todo lo que signifique España.
El tristemente célebre Instituto El Palacio | Google Maps

Lo normal en Cataluña es que en los colegios y en los institutos se hable de política y que niños y adolescentes participen en actividades como montar coreografías con la estelada y cantar la canción "Cataluña, nuevo Estado de Europa" y montar teatrillos para párvulos consistentes en matar malvados reyes españoles. También es normal que no exista España en los libros de texto o, en su defecto, que sólo sea citada como el pérfido enemigo en los grandes episodios nacionales del separatismo, el levantamiento de los segadores, la Guerra de Sucesión y la Civil, que no fue tal sino otro capítulo del perpetuo España contra Cataluña.

En esas contexto, los hijos de policías, guardias y militares no acostumbran a ser los más populares de sus clases. Es más, no suelen decir en qué trabajan sus papás y mamás, sino que se callan, por si acaso. Viene al pelo del presunto señalamiento del que se queja la comunidad educativa de nueve profesores del instituto El Palau de San Andrés de la Barca con todo el aparato mediático del separatismo en modo manada. La Fiscalía les investiga por un presunto delito de odio y por obligar a levantar la mano a los hijos de guardias civiles el día después del montaje del 1-O.

El centro está a pocos metros de la casa cuartel de la Guardia Civil y fue centro de votación del golpe de Estado separatista. La mayoría de sus profesores, como en el 99% de los establecimientos educativos públicos y privados de Cataluña, estaba, está y estará por el golpe y por redondear la inmersión lingüística con la aniquilación de todo lo que signifique España. Es lo que hay. Se sabe como se sabe que las familias que piden para sus hijos más clases de español en cumplimiento de sentencias judiciales son acosadas, marcadas, señaladas y humilladas hasta que desisten o cambian de colegio.

En El Palau se tenía que hablar el 2 de octubre del 1-O porque la Guardia Civil había dado unos cuantos porrazos. A lo mejor, si los Mossos de Trapero no hubieran desobedecido las órdenes judiciales se habrían podido evitar. Era tan simple como precintar el centro, pero los mozos se negaron, dieron largas, dijeron que no sabían y se dedicaron a seguir a las furgonas de policías y guardias para dar el queo a los de las urnas. Y se tenía que hablar también porque El Palau, aunque esté al lado de una casa cuartel y vayan hijos de guardias civiles, forma parte de esa aberración de la escola catalana que se dedica a erradicar el idioma español e inocular el odio a España.

¿Todos los profesores de Cataluña son iguales? No. Algunos están en contra, pero la mayoría calla, y si hay que manifestarse en los patios en contra de la Guardia Civil que cumplía una orden judicial, pues se manifiesta uno y en paz, porque son órdenes de la funcionaria territorial de la Generalidad del 155.

No debe de ser fácil ser hijo de Guardia Civil en Cataluña cuando los profes gritan "Fora les forçes d'ocupació!" y llaman "perros rabiosos" a sus padres.

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