No hay peor ciego que el que no quiere ver, dice el refrán. Hay uno peor, el que no quiere ver porque prefiere la ideología a la ciencia. Sobre todo, si es ministra de Educación.
No es una tara específica de Isabel Celaá, es el comportamiento felón de todos los ministros que en España han sido desde la Transición. Aunque sean más sangrantes los últimos por acumulación de pruebas. Especialmente Íñigo Méndez de Vigo, que, en plena aplicación del 155, y siendo, además de ministro, conseller d’Educació, es decir, teniendo en sus manos la dirección de las escuelas de Cataluña, dejó olvidado en el cajón de su ministerio el "Informe de la Alta Inspección de Educación del Estado sobre adoctrinamiento escolar" sin mover un solo dedo por corregir las manipulaciones en sus libros de texto. Y en nada. Me ciscaría en él hasta desdibujarle esa sonrisa de autosuficiencia cínica que delata su falta absoluta de vergüenza, pero me conformo con que Pablo Casado destituya a ese farsante como presidente de la Comisión de Educación del PP en el Congreso.
A la dejación de Méndez de Vigo se añade la felonía de la actual ministra de Educación, Isabel Celaá, que se niega a publicar dicho informe sobre adoctrinamiento "por falta de rigor". Antepone su ideología a la defensa del Estado y olvida la función primera de la escuela: defender los valores de igualdad, libertad, justicia y ciudadanía, que tienen su origen en una escuela ilustrada, y no en madrazas donde nos roban lo más sagrado, la libertad de pensar con criterio. El rictus de inquisidora con que se ha negado a entregar el informe delata la pleitesía que debe a los golpistas. Nada extraño, ex consejera de Educación del País Vasco y talibana del euskera e Ikastolas para mejor proveer. De raza le viene al galgo. Perfil Pedro Sánchez. Habrá de publicar el informe o dimitir. Esto es peor que una tesis doctoral.
Llevo dando clase en Cataluña desde 1980. Nada es nuevo para mí. Hasta vergüenza me da escribir una vez más sobre lo obvio, sobre todo cuando intelectuales orgánicos, responsables políticos y el mismo Estado se han negado a admitir lo obvio y combatirlo.
Desgraciadamente, el adoctrinamiento no reside sólo en los libros de texto. Hay cinco frentes en la escuela: 1) los libros de texto; 2) los maestros; 3)las actividades extraescolares; 4) la atmósfera catalanista que lo envuelve todo, y 5) las conexiones neuromediáticas con TV3.
1. Los libros de texto sirven al relato nacionalista, en el contenido y en la lengua. El objetivo es borrar desde la infancia cualquier hecho que conecte sus lazos emocionales con España, su cultura, su lengua, su geografía o su historia. Ya lo han logrado con el grueso de dos generaciones. Revertirlo es muy, muy difícil. No imposible.
2. Los maestros son verdaderos soldados al servicio de la construcción nacional de Cataluña. Los maestros son el verdadero ejército de Cataluña. Ya son la mayoría y será casi imposible que recuperen (si alguna vez la tuvieron) su condición de servidores ilustrados del conocimiento, en lugar de ejercer de pederastas lingüísticos, culturales y nacionales.
3. Las actividades extraescolares. La escuela está trenzada con el catalanismo institucional y su última excrecencia, el separatismo. Como las Ampas (asociaciones de padres), las direcciones de los centros o las colonias de actividades extraescolares. Los padres no nacionalistas han de despertar y rebelarse. Si ellos no cuidan de sus hijos, nadie lo hará por ellos.
4. La atmósfera nacionalista que lo envuelve todo es la argamasa que impide que los maestros constitucionales se atrevan a defender activamente lo prioritario: la libertad de pensamiento, la ilustración y la ciencia.
5. Las conexiones neuromediáticas con TV3. Permiten trasladar de la escuela a los medios y de éstos a la escuela el relato nacionalista.
Cualquier medida que se emprenda para recuperar la escuela ilustrada como antítesis de la superstición y el sectarismo ha de tener en cuenta esas dificultades.
PS: A falta del Informe del Ministerio, aquí tienen dos del sindicato AMES, coordinados por Antonio Jimeno: Informe 1, Informe 2.