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Miguel del Pino

Tres mentiras de la Cumbre del Clima

La Cumbre de la Emergencia Climática arranca plagada de falsedades. Menos demagogia y más trabajo serio.

La Cumbre de la Emergencia Climática arranca plagada de falsedades. Menos demagogia y más trabajo serio.
Una de las entradas a la Cumbre del Clima que arranca este lunes en Madrid. | EFE

Como aperitivo de la Cumbre de la Emergencia Climática que mañana comienza en Madrid es aconsejable despejar el campo de trabajo y limpiarlo de demagogia y de mentiras, de manera que nos ponemos las pilas (ecológicas por supuesto) y vamos a ello. Seleccionamos tres afirmaciones que son absolutamente insostenibles porque faltan a la verdad y eso no tiene nada de ecológico.

Madrid no es una ciudad verde

La primera de ellas es la declaración de quien fue máximo representante de Greenpeace, Juancho López Uralde (¿ministrable?), según cuya opinión Madrid "no es una ciudad verde" y por tanto no es digna de ejercer de Sede de la Cumbre.

Podemos discutir de muchos asuntos en relación con el dogma del Cambio Climático, pero por favor, Sr. López Uralde, Madrid ni tocarlo, y se lo digo yo como buen madrileño.

Busque los parámetros que quiera y encontrará que Madrid es un paraíso en lo referente a datos tan importantes como longevidad, bienestar infantil, calidad del aire y del agua de bebida, zonas verdes, con parques urbanos como el Retiro, la Casa de Campo y tantos otros, proximidad a un santuario de bosque mediterráneo como es el monte del Pardo y sin olvidar la condición acogedora de los madrileños que con toda seguridad podrán disfrutar nuestros visitantes con motivo de la Cumbre.

Lo que más bien parece preocupante para quienes se empeñan en desacreditarnos ante el mundo, es el reciente cambio de Gobierno y de Ayuntamiento que ha acontecido en los últimos meses; si lo considerarán importante que muchos de los llamados "activistas" estaban sentados en el suelo ante las Cortes para protestar por las primeras medidas de los recién llegados en lugar de correr en ayuda de los equipos de voluntarios que trataban de luchar contra los incendios que asolaban el sudoeste madrileño.

Sr. López Uralde, ya que Madrid va a hacer el esfuerzo de acoger una Cumbre rebotada desde Chile, al menos que su hospitalidad redunde en buena imagen a ojos de los asistentes: es justo y así será, por muchos aguafiestas que traten de politizarlo en contra.

Por cierto, Sr. alcalde, déjese de poner rótulos en inglés en la Puerta de Alcalá y presuma de un idioma, el nuestro, que van a entender muchísimos de los asistentes a la Cumbre porque es uno de los más hablados en el mundo. Fuera complejos y diga conmigo ¡Madrid verde!

El capitalismo mata el planeta

La segunda mentira se refiere al lema con el que los adolescentes se movilizaban hace muy poco ante las Cortes soliviantados por las soflamas de Greta Thunberg: "¡El capitalismo mata el planeta!". Es falso y esta falsedad es muy fácil de demostrar, pero no vamos a caer en lo de "Y tú más" en lo referente a la izquierda. ¡Sálvese el que pueda! Porque al nacer la llamada revolución industrial nadie pudo evitar la tentación de alcanzar un nivel de vida digno y unas comodidades elementales, como el hielo en la nevera o abandonar el quinqué.

Mejor no hacer cuentas, perdonar viejos fallos disculpables por la necesidad y trabajar ahora todos juntos por el planeta, pero si quieren entrar en detalles sobre la capacidad de contaminación mostrada hasta ahora por el capitalismo y el comunismo, podemos empezar por las actuales centrales de carbón de China. ¿O mejor miramos hacia adelante?

Hay que acabar con los aviones

La tercera mentira denunciable es la supuesta vergüenza que debe producir volar en avión, con base a la cual lucha en estos momentos Greta Thunberg contra las olas atlánticas navegando sobre un carísimo catamarán convenientemente financiado. ¿Saben que en algunos poco conocidos pueblos toledanos se trabaja a todo ritmo para conseguir aviones menos contaminantes? Ése es el camino.

La capacidad de desplazamiento que nos ha facilitado la aviación no es algo vergonzoso, aunque lo digan quienes se mueven en entornos donde volar no es necesario. Cuando hay que acudir en ayuda de países afectados por hambrunas no se va en catamarán, ni Cumbres como la de Madrid podrían desarrollarse a menor ritmo de desplazamiento. Trabajar para la mejora, sí. De demagogia estamos saturados.

Y ahora a hacer lo que corresponde, que es trabajar para disminuir la contaminación, no por el mantra del cambio climático, sino porque la contaminación es mala por naturaleza, para la salud, para la vida animal y vegetal, y también, y esto es muy importante y apenas se dice, porque los combustibles fósiles se agotan.

En definitiva, si es cierto que la Tierra "tiene fiebre" el antibiótico es la investigación, y su fomento debe ser objetivo prioritario de todos los participantes en la Cumbre.

Y Greta, a volver cuanto antes al colegio, deseo fervientemente que dentro de unos años se convierta en una científica eminente a la que dé gusto escuchar, pero antes que estudie mucho.

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