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Zoé Valdés

La vacuna cubana como atracción turística

Los cubanos no han sido todavía vacunados en su totalidad, y ya el régimen está 'vendiendo' la vacuna.

Los cubanos no han sido todavía vacunados en su totalidad, y ya el régimen está 'vendiendo' la vacuna.
Soberana, la vacuna de la dictadura cubana contra la covid-19. | EFE

Un amigo acaba de ver y oír en Antena 3 algo a lo que todavía no podemos él ni yo dar crédito, pero el castrismo se supera cada vez: Cuba ofrecerá un paquete turístico en el que está incluida la vacuna Soberana (vaya nombre) contra la covid-19. Lo ha contado uno de esos mayimbes (dirigentes) del sistema castrocomunista, muy orgulloso, henchido de satisfacción ideológica.

Lo del verde-olivismo-rojo mente’pollo siempre ha sido igual, candil de la calle oscuridad de la casa.

Los cubanos no han sido todavía vacunados en su totalidad, y ya el régimen está vendiendo la vacuna, igual hecha con Cerelac, como ha expresado en son de burla el gran Alberto Maceo en este vídeo donde se chancea del más reciente esputo musical patriótico proveniente de la isla. El caso es, que como es habitual en esta gente, toca primero a los turistas, o sea a los extranjeros, y de último los nativos.

Pero lo que es realmente escandaloso es que la vacuna se convierta en una fórmula turística, supuestamente gratis, porque conociéndolos como los conozco encarecerá muy seguramente el boleto de viaje.

¿Creen que alguien se resistirá a semejante oferta? No lo pienso. No sólo se convertirá en la nueva atracción de aquel parque de diversiones del comunismo, sino que además serán muchos los correrán enloquecidos a comprar el embeleque creyendo que estarán haciendo el negocio de sus vidas.

Lo de Cuba no es que dé dentera, resulta ya un mermo insoportable. Es pensar en aquella isla y darme ganas de ir corriendo al baño que no vean, actúa como purgante al instante.

Pero, vean lo curioso, Antena 3 lo promueve sin ningún tipo de vacilación. Y, es que España va por el mismo camino sin advertir todavía el peligro de lo que se les avecina. O sea, gran parte de la prensa y de los medios de comunicación admiten muy normal, sin escandalizarse, que algo tan sumamente inquietante e importante para la salud se convierta en un objeto de seducción turística hacia el exterior, mientras que los ciudadanos cubanos tienen que aguantarse y esperar a las calendas griegas a que les toque la vacuna inventada por esta gentuza. Una vacuna a la que no le ha faltado nada, ni siquiera su cancioncita, nivel altísimo de ridiculez, véanla aquí.

Que los compre quien no los conoce. Pero lo que es a mí, ni esa ni ninguna… Bah y recontrabah.

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