Menú
Cristina Losada

Con la izquierda que no cuente Moreno

La negativa a facilitar, vía abstención, que gobierne Juanma Moreno deja en el descrédito las alertas antifascistas que hacen sonar.

La negativa a facilitar, vía abstención, que gobierne Juanma Moreno deja en el descrédito las alertas antifascistas que hacen sonar.
La candidata de Por Andalucía, Inmaculada Nieto. | Europa Press

Inmaculada Nieto, la de Por Andalucía, dejó dicho en varias entrevistas que no cerraba la puerta a una abstención para permitir que Moreno Bonilla gobernara sin el apoyo de Vox. "Nos sentaríamos a pensarlo", dijo en una. "Habría que someter esa decisión a una reflexión", diría en otra. Pero ni se han sentado mucho ni han reflexionado nada. Ya mismo lo acaban de descartar. La propia Nieto ha tenido que desdecirse y ha cerrado de golpe la puerta que había dejado entreabierta: "Con nosotros que no cuenten".

Era demasiado sensato como para que durara y no ha tardado en imponerse la ortodoxia cerril. La norma sectaria tan cara a nuestra izquierda de no apoyar, ni por omisión, a un Gobierno de derechas no se puede infringir bajo ningún concepto y en ninguna circunstancia. El coste de hacerlo es demasiado alto. Hace años que erigen muros infranqueables y resulta metafísicamente imposible abrir de forma ocasional la frontera para que pase una simple abstención, por inocente que parezca. Ni para evitar el gran mal que, según dicen, es la entrada de Vox en el Gobierno aceptan excepciones. Claman que Vox es una amenaza para la democracia, pero no están dispuestos a impedir que la amenaza se materialice. Es incoherente, pero esa incoherencia no pasa factura.

La negativa a facilitar, vía abstención, que gobierne Juanma Moreno deja en el descrédito las alertas antifascistas que hacen sonar. Cierto que poco crédito les queda. Hasta ahora no han cumplido su función de atraer en masa a las urnas a unos votantes asustados por el coco. Pero la credibilidad, como la coherencia, es aquí lo de menos. Lo primordial es que no se pueda decir que un partido de izquierdas se abstuvo para que gobernara un partido de derechas. No hay que olvidar, a estos efectos, las consecuencias de la abstención del PSOE en 2016 para que pudiera gobernar Rajoy y no hubiera que repetir por tercera vez las elecciones. La decisión de la cúpula abrió un drama en el seno del partido. Y el que había sido expulsado de la secretaría general dejó aquel día el escaño para no tener que mancharse con la abstención, y anunció que se presentaba a las primarias. Sánchez es hoy presidente del Gobierno porque no transgredió la norma sectaria. Lo que pasa factura es apartarse de la ortodoxia.

Temas

En España

    0
    comentarios