El Instituto de Estudios Catalanes, establecimiento público entre cuyas misiones expresas figura la de aprobar la oficialidad de los vocablos propios de la lengua vernácula de su demarcación, acaba de revisar el Diccionario normativo de la lengua catalana al objeto de añadir 21 entradas nuevas. Entre los términos canónicos que los hablantes podrán utilizar a partir del inminente mes de diciembre sin temer incurrir en barbarismos figura el de feminicidi, voz que se define como "crimen del que mata deliberadamente a una mujer por razones de género, o de quien la induce al suicidio a consecuencia de la presión y la violencia ejercida a sobre ella".
También se incorpora el vocablo cisgènere, palabra por medio de la cual se deberá designar en lo sucesivo a los casos muy particulares y específicos representados por los ciudadanos pertenecientes al grupo que "se identifica con el género que le fue asignado al nacer de acuerdo con su aparato reproductor". Un colectivo singular que a partir de ahora dispondrá, por fin, de un significante adecuado con el que podrá ser reconocido y diferenciado del resto de la población general. Igualmente, el ente regulador ha puesto de manifiesto una especial sensibilidad a fin de liberal de un añejo estigma muy arraigado entre los usuarios del idioma local al significante bruixa (bruja), cuyo contenido preciso se reescribe para suprimir la anterior acepción estigmatizante de "mujer vieja, fea y malvada", liberándolo de cargas peyorativas y sexistas en los siguientes términos: "mujer de mala intención o de conducta sospechosa".
En un alarde de arriesgado y audaz aperturismo, gesto llamado acaso a generar críticas entre los sectores más puristas del catalanismo, el Instituto, tras un par de siglos de firme resistencia, acaba de incorporar el término pernil ibèric (jamón ibérico). Concepto conflictivo toda vez que ibèric solo quería decir "perteneciente a Iberia" en el diccionario autóctono. Y claro, eso lo hubiera convertido en un muy improbable jamón aeronáutico. Si bien la más peculiar de las novedades léxicas de 2021 remite a la aceptación a todos los efectos de la frase hecha agafar algú pels collons (agafar significa coger, y lo otro ya lo entendemos). Quién le iba a decir al presidente Pedro Sánchez que también pasaría a la historia gracias al Diccionario de la lengua catalana.