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Cristina Losada

En propia puerta, el PP

La metedura de pata más profunda del PP fue darle al Gobierno el triunfo por anticipado y, de ese modo, contribuir a que lo tuviera.

La metedura de pata más profunda del PP fue darle al Gobierno el triunfo por anticipado y, de ese modo, contribuir a que lo tuviera.
La portavoz del PP, Cuca Gamarra | EFE

Por seguir exprimiendo el limón, que no es probable que haya otra moción de censura en lo que queda, hay que decir que el PP cometió un gran error. Ese gran error no fue la ausencia de Feijóo, que qué iba a hacer de pasmarote en la tribuna de invitados, si ni siquiera se podrá llevar allí una buena provisión de palomitas. Tampoco lo de no sumarse a la moción, porque es inevitable que el número uno rechace ir a remolque. La metedura de pata más profunda del PP fue otra, y fue nada menos que la de darle al Gobierno el triunfo por anticipado y, de ese modo, contribuir a que lo tuviera.

Los populares justificaron su rechazo a la moción diciendo que iba a beneficiar a Sánchez. Un argumento innecesario, cuando había otros de menor riesgo. Pero apostaron por jugar a una especie de Cui prodest y adelantaron la respuesta. Sánchez lo iba a petar, gracias a Vox. Ahora han llegado las encuestas para certificarlo. Una mayoría cree que el que ha salido más fortalecido es el PSOE y que el ganador del lance es Sánchez. Tal como dijo el PP que iba a ocurrir. Exactamente. Tan exactamente que podemos estar ante una profecía autocumplida. Porque muchos votantes del PP han valorado la moción en consonancia con lo que había manifestado su partido de referencia. Algo perfectamente normal, a fin de cuentas.

Una vez que la moción se iba a hacer, sí o sí, proclamar que el Gobierno saldría triunfante, como hizo el PP, podía influir sobre el juicio que harían sus propios votantes del acontecimiento. Pero en Génova no sopesaron esta posibilidad. O antepusieron el objetivo de retratar a Vox como el partido de la torpeza: una panda de ineptos que queriendo dañar al Gobierno, no hacen más que darle alegrías. De modo que siguieron con su línea argumental de que Sanchez lo iba a petar, gracias a Vox. Ahora que su pronóstico se ha cumplido más o menos, según varias encuestas, a lo mejor están satisfechos. Satisfechos porque un buen resultado para Sánchez deja mal a Vox. Pero yo diría que el PP se ha metido un gol en propia puerta. Sin querer o queriendo. Y que Vox sale de este match con poco más que unos instantes de euforia.

En la época de la política de los 15 minutos, la moción es ya pasado remoto. No le queda ni un telediario. Pero el problema, el del PP y Vox, seguirá ahí. La lógica de la competición política entre dos rivales, seguida hasta el extremo, se puede volver en contra de ambos. Y algo de eso se acaba de demostrar.

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