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Jesús Fernández Úbeda

Un "humillado paréntesis" que puede durar mil años

Cayetana Álvarez de Toledo trituró la Ley de Amnistía ante Bolaños. Óscar Puente celebró la entrega de la Alcaldía de Pamplona a Bildu.

Cayetana Álvarez de Toledo trituró la Ley de Amnistía ante Bolaños. Óscar Puente celebró la entrega de la Alcaldía de Pamplona a Bildu.
Cayetana Álvarez de Toledo interviene en la sesión de control al Ejecutivo de este miércoles en el Congreso. | EFE

Me sopla el compañero Juanjo Alonso que la última pregunta oral en Pleno de Cayetana Álvarez de Toledo data del 22 de julio de 2020 y que fue la siguiente: "¿Qué está haciendo el Gobierno para defender la Constitución?". Este miércoles, tres años y pico después, la actual portavoz adjunta del Grupo Popular en el Congreso, rápida, fiera e implacable, como un guepardo a la caza, tomó la palabra para defender a su compañero Juan Bravo, difamado por María Jesús Montero y silenciado por la delegada del PSOE en la presidencia de la Cámara Baja, para denunciar la "demolición del estado de derecho" con la amnistía, para defender a los que "soportan que les llamen ‘colonos’ y botiflers" y para vaticinar que el Gobierno no será "más que un humillado paréntesis en la Historia de España".

La cosa está en saber cuánto durará ese "humillado paréntesis". Recordemos que, según san Pedro, "para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día". El Gobierno de Pedro Sánchez supera ya el lustro y la oposición sigue infravalorando al adversario. Álvarez de Toledo le advirtió a Bolaños que "somos muchos, somos la mayoría, más de la mitad de sus votantes" quienes están en contra de la degradación mutilante del país. Sigma Dos y el Maharishi Michavila la avalan, sí. Ocurre que, más pronto que tarde, la realidad se impone a la demoscopia opiácea y llegan el 23-J, la Ley de Amnistía o el acuerdo del PSOE con Bildu para entregar a los herederos políticos de la banda terrorista ETA la Alcaldía de Pamplona –"la Alcaldía de Navarra", según Cuca Gamarra–. Cómo olvidar las declaraciones de la regidora saliente, Cristina Ibarrola Guillén, el pasado 24 de noviembre, en Es la mañana de Federico, rehusando hablar del tema y aplaudiendo así al partido que ha firmado su finiquito: "Hay muchísimos socialistas y muchísimo votante socialista que merecen mi respeto. El PSOE y UPN han hecho mucho por el desarrollo de esta tierra". Pues, como diría el trasunto de Ana Rosa Quintana de Canal Red: "Cierre al salir, señoría".

La sesión de control al Ejecutivo arrancó con Gamarra criticando el "pacto encapuchado" de PSOE y Bildu y, como ya se apuntó, la entrega a la continuidad política de ETA de la "alcaldía de Navarra": "Tomen nota en el PNV". La próxima presidenta del Banco Europeo de Inversiones, Nadia Calviño, se la ventiló destacando que su nombramiento se debe al "cariño, respeto y liderazgo de nuestro país, que hemos logrado gracias al trabajo de Pedro Sánchez y de todo el Gobierno". Mucho mejor que la exalcaldesa de Logroño estuvo el debutante Miguel Tellado. Extramotivado, el portavoz del PP en el Congreso tenía ganas de marcha, se levantó antes de que Armengol le nombrara y puso de los nervios a Yolanda Díaz, "la ministra de los ricos", refregándole las cifras de paro y "su historial de divisiones políticas", siendo Podemos "la última víctima": "¿Sumar ha sido un gran fraude electoral, una gran estafa electoral? Si no es capaz de dirigir su propio partido, ¿va a ser capaz de dirigir las políticas de empleo de España?". La vicepresidenta segunda arrancó en plan monja, pero fue calentándose, recurrió a los "Viernes de Dolores" del Gobierno de Rajoy y al encarcelamiento de Rodrigo Rato y profetizó: "Ustedes permanecerán en la oposición".

Juan Bravo, diputado del PP por Sevilla, preguntó a la vicepresidenta cuarta, que es María Jesús Montero –España, 2023–, sobre la inconstitucionalidad de la amnistía. Interpelación de esta: "¿Engañó con su sueldo a los andaluces cobrando por encima de lo que estipulaba la ley?". Además, le restregó al también vicesecretario de Economía del PP que, a diferencia de Cándido Conde-Pumpido, "no es competente para determinar si es constitucional". La ministra de Hacienda planteó un interrogante más: si los populares plantean la "ilegalisación (sic) de los partidos independentistas". Con el reglamento en la mano, literalmente, Bravo pidió la palabra para defenderse pero, oh, sorpresa, Armengol no se la dio.

Ocurrió que, ipso facto, intervenía Cayetana Álvarez de Toledo. Antes de dirigirse a Bolaños, sacó las uñas por Bravo y apuntó hacia Montero: "¡Pruebe sus insidias o dimita!". La diputada preguntó al –cojo aire– ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes: "¿Qué entiende por convivencia?". Éste se refirió al viaje "muy placentero" de la popular a Argentina, donde se reunió con "su familia política", entre los que nombró a Milei y a Bolsonaro. Réplica de Álvarez de Toledo: "Viajé con el Rey también". ¡Puuumba! Y Cayetana sacó su fusil: lamentó la "humillación de los constitucionalistas" y denunció que "el golpe que se ejecutó contra la mitad de los catalanes, ahora lo extienden contra todos los españoles", que este martes "jueces, fiscales y periodistas" fueran "señalados ante la mirada cómplice de la presunta presidenta de esta Cámara" o que el Gobierno destruya "la convivencia constitucional". Remató su discurso aseverando que "no serán más que un humillado paréntesis en la Historia de España". A saber, pero es innegable que elevó el nivel de oratoria de la sesión. Y no pocos puntos.

Después, Pepa Millán, sobria y directa, repasó el historial de instituciones colonizadas por enchufados del PSOE. Bolaños, irónico y chulo, mostró su sorpresa por "que un gobierno progresista nombre a personas progresistas en puestos de responsabilidad". González Pons preguntó a Marlaska si "cuando era juez de la Audiencia Nacional, vio a jueces que prevaricaban y practicaban la guerra judicial" y si, "siendo juez, ¿usted prevaricó?". El ministro de Interior pasó de responder. Sobre la entrega del PSOE a Bildu de la alcaldía de Pamplona, Óscar Puente, Diosdado de Valladolid, ufano, manifestó no tener "ningún problema en que un partido progresista se haga con la alcaldía de una capital de provincia en España. Ninguno". Seguro que invita a cenar a la desalojada Ibarrola.

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