Ya hemos señalado desde estas mismas páginas que los más de cien actos con los que Sánchez pretende celebrar a lo largo del 2025 el 50 aniversario de la muerte de Franco no tienen más objetivo que tapar su mala gestión y los numerosísimos escándalos de corrupción que afectan a su gobierno y a sus familiares. Desde este punto de vista, no podemos sino secundar a los académicos, periodistas, catedráticos, empresarios y políticos que se están sumando con su firma al manifiesto de Libres e Iguales "La Constitución es la única celebración posible", promovido para denunciar el "subterfugio de celebrar la muerte de Franco y la "penúltima de las mentiras de quien lo promueve, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez".
Entre los promotores del texto, que denuncia que "ni la libertad empezó en España hace cincuenta años ni desenterrar el espectro de Franco logrará dividir a los españoles en dos bandos, como es su propósito", están Nicolás Redondo Terreros, Fernando Savater, Félix de Azúa, Andrés Trapiello, Cayetana Álvarez de Toledo o Arcadi Espada.
Ahora bien, al margen de esta ya de por sí criticable cortina de humo, cabe denunciar también el despilfarro del dinero de contribuyente que va a conllevar este maniqueo y cainita ejercicio de propaganda antifranquista con el que el Ejecutivo social-comunista pretende tapar sus vergüenzas. Y es que para montar el centenar de actos previstos en 2025 bajo el eslogan España en libertad, el Gobierno de Sánchez —ya de por sí el más mastodóntico y más numeroso desde la legislatura constituyente, con 22 ministerios repartidos entre el PSOE y Sumar, 36 secretarías de Estado, 38 subsecretarías y secretarías generales y 130 direcciones generales— tendrá que sumar a su organigrama otro comisionado especial, a mayores de los 11 ya existentes. Tendrá rango de subsecretaría, que es el tercer puesto en el escalafón de un ministerio. Y, por lo tanto, su responsable será considerado alto cargo, con un sueldo que podrá rondar los 100.000 euros y una secretaría general técnica con personal a su servicio.
El Gobierno, que ha informado que al frente del Comisionado estará la historiadora Carmina Guzmán, se ha negado, sin embargo, a informar del coste total al que ascenderá este nuevo chiringuito y los fastos que este mismo miércoles se inician en el Museo Reina Sofia, con la ausencia del Rey y de los representantes del PP y de Vox. Es muy significativo que este Ejecutivo, que tanto dice defender la transparencia y tanto critica el obscurantismo de la dictadura franquista, no informe, sin embargo, de lo que les va a costar a los contribuyentes españoles esta catarata de celebraciones, no para conmemorar la celebración de las primeras elecciones democráticas en 1977 o la aprobación de la Constitución en 1978, sino para celebrar la muerte en la cama de un dictador tras varios meses de agonía.
Este insulto a la inteligencia de los españoles y este saqueo a su bolsillo como contribuyentes es todavía más indecente si tenemos en cuenta que en el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática existe ya una Secretaría de Estado de Memoria Democrática de la que penden, a su vez, una Dirección General de Atención a las Víctimas y una Dirección General de Promoción de la Memoria Democrática.
Los emperadores romanos pretendían ganarse el apoyo de la plebe con pan y circo. Sánchez pretende hacerlo con algo mucho menos nutritivo y entretenido como es lancear al espectro de Franco.

