
Desde que hace semanas Elon Musk empezara a meter las narices en la política europea, llevamos escuchando un runrún en la política y el periodismo sobre la importancia de poner coto a los bulos y la desinformación rampantes en su red social X. Las anunciadas intenciones de Zuckerberg de echar abajo las restricciones a la libertad de expresión en Facebook e Instagram han convertido ese rumor en un sonoro estruendo que amenaza con reducir los menguantes espacios de libertad con que contamos los europeos.
Y, sin embargo, como sucede con ese ya viejo cliché de las películas en el que el personaje más homófobo siempre resulta ser secretamente homosexual, generalmente quienes más fuerte gritan contra la desinformación suelen ser los principales camellos de bulos. Hemos tenido este martes un buen ejemplo en Claudi Pérez, nada más y nada menos que director adjunto de El País, cuando en la red social de Elon Musk decidió defender al fiscal general de la PSOE ofreciendo esta cita del estatuto orgánico de la Fiscalía: "Para el ejercicio de sus funciones, podrá informar a la opinión pública de los acontecimientos que se produzcan siempre en el ámbito de su competencia".
Estatuto Orgánico de la Fiscalía: "Para el ejercicio de sus funciones, podrá informar a la opinión pública de los acontecimientos que se produzcan siempre en el ámbito de su competencia". https://t.co/FajEsbDjid
— Claudi Pérez (@claudiperez) January 14, 2025
El problema de ese argumento es que la frase continúa con un "y, en general, a los deberes de reserva y sigilo inherentes al cargo y a los derechos de los afectados". Sin puntos, comas ni signos de puntuación ninguno entre medias. No hay forma posible de excusarlo como un error. Es una mutilación hecha a conciencia para seguir dando cuerda al bulo de que a García Ortiz se le está persiguiendo por "desmentir un bulo", cuando eso lo hubiera logrado con un simple comunicado que se limitara a decir que la Fiscalía no había solicitado ningún acuerdo, sino que había atendido la petición de la defensa. Sin necesidad de cometer un delito, ni de afectar al derecho a la defensa. Pero claro, para García Ortíz, como para Pérez, lo primero es la fidelidad al Partido; la profesionalidad ocupa un lugar mucho más secundario.
Tampoco es cuestión de cebarse, es verdad. Desinformar es, en definitiva, para un buen periodista progre como Claudi Pérez, informar de forma veraz sobre cualquier asunto que deje en mal lugar a la organización criminal conocida como PSOE, cuyos largos tentáculos van mucho más allá de sus siglas e incluyen, entre otras cosas, todas las instituciones públicas que debían ser neutrales pero que ha okupado, asociaciones de jueces y fiscales cuyas siglas conocemos todos y, claro está, medios y grupos de comunicación entre los que siempre ha destacado El País. Lo que está haciendo, en definitiva, es su trabajo. Pero, por favor se lo pido, al menos ahórrennos los sermones sobre el buen periodismo, lo malos que son Musk y Zuckerberg y lo orgullosos que están de los premios que se dan unos a otros. Todos sabemos lo que hacen, que es utilizar el periodismo no como fin, sino como una herramienta al servicio de la PSOE. Lo menos que podrían hacer por los demás es no darnos encima la tabarra.