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Abascal se está convirtiendo en el Pablo Casado de Vox

Al romper con el PP y con la Europa atlantista y pro-ucraniana Abascal hace lo mismo que hizo en su día Casado.

Al romper con el PP y con la Europa atlantista y pro-ucraniana Abascal hace lo mismo que hizo en su día Casado.
Santiago Abascal, Marine Le Pen, Viktor Orban, Geert Wilders en la cumbre Patriotas. | Europa Press

El 22 de octubre de 2020, Pablo Casado, entonces presidente del PP, aprovechó la moción de censura de Abascal contra Sánchez para romper públicamente con Vox, pese a haber formado gobierno con ese partido en varias autonomías, o abstenerse para que gobernara el PP, caso de Madrid. Lo que sorprendió no era la ruptura, que podría escudarse en el discurso de Vox contra el PP, sino la brutalidad de los términos empleados contra el que hasta ese día pasaba por amigo personal, y a quien personalmente denigró. La forma, el fondo o ambas cosas fueron vistas con perplejidad e irritación dentro del mismo PP, y criticadas abiertamente por Díaz Ayuso y Cayetana.

Estas fueron las frases más relevantes de Casado contra Abascal:

(Usted) "quería cortar las dos orejas del PP y ha acabado de monosabio de Pablo Iglesias".

"En estos dos años como presidente del PP no he contestado a sus provocaciones, sobre todo por respeto a sus votantes, que en su mayoría han confiado siempre en nosotros, y también porque me resistía a creer su estrategia irresponsable y corrosiva para España. Pero hoy, por fin, ha quedado al descubierto". "Esta moción no la dispara contra el Gobierno, sino contra el partido que le ha dado trabajo quince años, y lamento decirle que el tiro le ha salido por la culata".

"Es la hora de poner las cartas boca arriba. Hasta aquí hemos llegado". "Señor Abascal, usted no da ninguna batalla por las ideas. Usted tiene como única idea la de arrastrar a los españoles a una batalla. Igual que Sánchez e igual que sus socios, forma parte de este desgarro nacional" (vive) "para enfrentar a la sociedad, para hacer imposible la convivencia".

"Parece que usted es el único español valiente, el más sincero del mundo, pero ahora me toca a mí decirle alguna cosa sobre el Partido Popular. Señor Abascal, no es que no nos atrevamos, no es que nos hayamos rendido, no es que seamos cobardes, lo que ocurre es que no queremos ser como usted".

"El Partido Popular es nuestro partido, pero no es nuestra patria. Nuestra patria es España y por nuestra patria este partido, que usted conoce bien y que a usted le conoce muy bien, ha pagado un tributo de sangre, que ahora pisotean personas como ustedes. No sé cuál es su idea de patriotismo, pero yo no lo concibo como un insulto a los que dan su vida por la libertad de todos, especialmente cuando han sido tus compañeros". (…)

"Van ustedes de nueva política, pero usted ya tenía cargo público cuando yo estaba en el colegio y alguno de sus diputados ya tenía escaño aquí el año en que yo nací. (...) Déjeme decirle algo: los insultos, los suyos y los de cualquiera, los aguantaremos, como aguantamos el terrorismo, los escraches y el cordón sanitario, por la libertad y por España, y en mi caso, créanme, lo hago con una profunda decepción personal".

"Señor Abascal, no le gustamos. Perfecto, entendido. Usted a nosotros tampoco. Usted ya es parte del problema de España y no puede ser parte de la solución que mi partido representa".

"Señor Abascal, usted ha debilitado gravemente la línea de defensa de la nación española, que no estaba en episodios remotos de nuestra historia, sino en las puertas de los colegios electorales hace apenas unos meses. Usted llamó a romper filas, pero nosotros seguiremos reclutando sueños y esperanzas para los españoles sin ustedes. Ninguna de las epopeyas a las que usted ha recurrido en su propaganda se hubiera producido nunca si sus protagonistas hubieran actuado como usted. La distancia entre su ambición y su patriotismo es demasiado grande como para recorrerla con esta moción trampa. Esto se parece más bien al patético final en Escalona del ciego de El Lazarillo de Tormes. Alguien le ha dicho que salte lo más lejos posible y se ha dado de bruces con el muro de la realidad. La realidad es que toda España ha visto que usted es el socio en la sombra de este Gobierno, al que hoy ha regalado el fracaso de su moción".

Abascal, muy afectado por la dureza del ataque y el aspecto personal, aguantó el tipo, y rechazó lo que seguramente buscaba Casado, que, como respuesta, Vox rompiera los pactos regionales con el PP. Y así lo explicó:

"Por fin vuelve el PP de siempre, por fin vuelve en el día de hoy el vicesecretario de comunicación de Mariano Rajoy. Parece que ustedes hoy se han quitado la máscara, pero, lo que es peor, señor Casado, se ha unido usted hoy a la brutal caricatura de Vox, a la brutal caricatura de Santiago Abascal, al que usted conoce bien y no es el que usted ha descrito; se ha unido usted a la brutal caricatura de cincuenta y dos diputados, se ha unido usted a la brutal caricatura de los millones de españoles que nos han votado y se ha unido usted a la brutal caricatura de algunos españoles que todavía le votan a usted únicamente porque ven que en las expectativas electorales estaba por delante de nosotros". (…)

"Señor Casado, créame si le digo que no lamento su falta de apoyo; la comprendo. Créame si le digo que no lamento su voto en contra; puedo entenderlo. Créame si le digo que no lamento la crítica política que usted pueda hacer a Vox; pensamos distinto en muchas cosas. Pero lamento profundamente el ataque personal que usted ha desplegado hoy contra mí en esta tribuna" (pero no le vamos) "a pagar con la misma moneda".

"Si yo fuera como usted ha demostrado ser hoy aquí, porque realmente yo no esperaba que fuera así, ustedes dejarían de gobernar mañana mismo en Murcia, en Madrid y en Andalucía, pero le puedo decir, señor Casado, que los andaluces, los murcianos y los madrileños pueden tener tranquilidad respecto a la responsabilidad histórica de Vox en estos momentos". (…)

El apoyo a un noqueado Abascal en Libertad Digital y esRadio

Desde el instante en que Casado, para sorpresa de quienes no podían imaginar el volantazo que Casado y Teodoro iban a dar al PP, atacó en los términos transcritos, extraídos del Diario de Sesiones de las Cortes, tanto yo, que comentaba con Luis Herrero la sesión, como el grupo Libertad Digital apoyamos a Abascal contra Casado. Me sorprendió el alborozo con que El Mundo, en su editorial y casi todos sus columnistas, alababan la coz de Casado y aseguraban que, con ese gesto, ya podía presidir el Gobierno. Salvo Santiago González y yo, nadie lo defendió en nuestro diario de papel. Por eso mismo, al día siguiente de votarse la moción de censura, que ya era lo de menos tras el escándalo, invité a Abascal esRadio para que explicara su vivencia del debate y para confirmar que Vox no iba a romper los pactos con el PP, regalando a la Izquierda autonomías y ayuntamientos perdidos.

Ese fue el mejor momento de Abascal, cuando apareció como un líder de la derecha, no un tarambana como Casado, que pronto demostró que la ruptura con Vox era sólo el inicio de la ruptura con su partido, cuando despidió a Cayetana, y con su base electoral, cuando calumnió y quiso destruir personal y políticamente a Ayuso, pero los votantes del PP en Madrid, reunidos en Génova 13, los echaron a él y a Teodoro a puntapiés.

La deriva caudillista y trapacera de Vox desde aquel rescate por el grupo Libertad Digital la explicó ayer Javier Somalo en un gran artículo. Debe complementarse con el documento interno sobre las razones internas de la crisis desatada en el partido y la apropiación del mismo por Abascal, sus amigos europeos y validos empresariales. Podría añadir mucho más, en lo personal, lo político y lo empresarial, pero la situación española obliga a prescindir de desahogos personales y centrarse en los proyectos en marcha.

La Internacional Putinesca en Madrid

En apariencia, Patriotas por Europa, con Abascal como mascarón de proa y anfitrión (no diré camarero, por respeto a los camareros), que se ha reunido en Madrid, es la alternativa más clara a la burocracia de la UE. De rebote, lo sería también el Vox actual, en el que Abascal no ha dejado a nadie de los fundadores y del de los 53 escaños en 2020 que Casado quiso hundir.

Pero lo que ha demostrado el festolín madrileño del fin de semana es que, salvo la unión de los países árabes, tantas veces proclamada y siempre desmentida, nada une a los socios de Vox, en ideas y programas políticos. Marine Le Pen es abortista, estatista, intervencionista y antiamericana. Salvini siempre fue amigo del golpismo catalán, aunque menos que Putin, que tenía línea directa con Puigdemont y conspiró contra España. Milei mandó un saludo del que no sabe cómo salir del paso. Trump, ni eso hizo. En los Países Bajos y Bélgica tiene también el separatismo catalán sus más antiguos cómplices. En rigor, hay más diferencias en Patriotas por Europa que en los partidos clásicos que han dirigido y arruinado la Unión Europea.

Pero el discurso clave era el de Viktor Orban, el hombre de Putin en la UE, amable financiador de Vox y anfitrión reciente de Abascal y Gabriel Ariza, a su vez empleador de Lidia Bedman, señora de Abascal y motivo de la última crisis del partido y de la aparatosa dimisión de García Gallardo. Orban habló poco, pero dijo lo esencial sobre el factor que distingue a esta alianza de partidos del resto de los demás de la UE: el apoyo o el abandono de Ucrania en su lucha, patriótica y europea donde las haya, contra Putin.

Todo era adorno, verbena, fervorín y palabrería pactada, hasta esta frase de Orban que podía ser perfectamente de Putin: "Estamos destinando nuestro dinero a Ucrania, en una guerra sin esperanza y Europa está siendo invadida por inmigrantes ilegales". Ah, el dinero. Más de la mitad de las inversiones chinas en Europa las hace en Hungría. Pero para invasión ilegal, la de Ucrania por Rusia, apoyada por China, y Orban dice que la resistencia de los ucranianos contra Putin debe abandonar toda esperanza. O sea, que el pueblo de Europa que más heroicamente está defendiendo sus fronteras es el olvidado por estos heraldos del patriotismo, cuyo programa sólo actualiza la doctrina soviética de la "soberanía limitada". Se defienden todas las fronteras frente a la UE, pero ninguna que se enfrente a Rusia.

El plan de Paz para Ucrania de Orban en diez puntos, en el que sólo cuenta uno, el respaldo que le han dado Rusia y China, busca consolidar lo conquistado por Putin violando y matando a decenas de miles de civiles, provocando millones de refugiados, amenazando a los países que buscan al amparo de la OTAN y culpando a la OTAN de que Rusia deba defenderse.

"Patriotas de Varsovia"

Por eso, la internacional putinesca debería llamarse "Patriotas de Varsovia", aquel Pacto militar que durante décadas impuso con sus tanques la doctrina de Suslov, ahora de Orban, y masacró sin piedad los alzamientos de Alemania, Hungría, Checoslovaquia y Polonia, amén de toda disidencia interna. Putin empezó su carrera en el Muro de Berlín, persiguiendo a los que querían escapar a Occidente. Provocación, decía Moscú, que merecía el tiro por la espalda. Eso es lo que Abascal y los que llama "compañeros de armas" (¿de caza?) hacen con Ucrania: apuñalarla. Si así trata a su partido, y a aliados como Meloni, ¿qué no hará si un día llega al poder en solitario?

Por desgracia, la posición de Vox no hace sino consolidar a Sánchez. Lo mismo que buscan Putin y Xi Jinping, esos "hermanos mayores" de los que habla Maduro, que también lo son de Orban y de Vox. Abascal ataca a Maduro, mientras le sirva María Corina Machado. Luego, le hará como a Meloni. En fin, mucho ruido y pocas nueces. Y todas se las queda él. Al romper con el PP y con la Europa atlantista y pro-ucraniana Abascal hace lo mismo que hizo en su día Casado contra él: olvidarse de su pasado y de su base electoral, la que no cobra del partido y se fue a Vox cuando el PP de Rajoy traicionó a España, que es el único motivo por el que lo defendimos entonces y lo criticamos ahora. Entonces decía agradecerlo, pero mentía.

Vox ha arriado las banderas de los Tercios al recortarles el escudo de España en las noches de Ferraz. Y esta navidad, tras la riada de Valencia, se negó a apoyar al Rey. ¿Es esa la posición de los votantes de Vox, no la del Becerro de Oro y su ganadería apesebrada? ¿Hasta cuándocree que podrá huir hacia adelante? Casado duró bastante, pero nunca pensé que Abascal llegara a parecérsele.

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