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La dana de Pedro Sánchez y las nucleares

El gran apagón ha mostrado todas las debilidades estructurales de una nación que no es capaz de garantizar los servicios esenciales

El gran apagón ha mostrado todas las debilidades estructurales de una nación que no es capaz de garantizar los servicios esenciales
Imagen Tv

No está claro qué lecciones aprendieron Pedro Sánchez y sus ministros de la tragedia de la gota fría en Valencia. Si es que aprendieron alguna. Al capítulo que no llegaron seguro fue al de tener informada a la ciudadanía. Sánchez ha tardado más de seis horas en comparecer para no decir nada y, al tiempo, sembrar más incertidumbre con el comentario de que se estaba en contacto con la OTAN. No descartar ninguna hipótesis para acto seguido deslizar las siglas de la Alianza Atlántica es como mínimo preocupante.

El gran apagón ha mostrado todas las debilidades estructurales de una nación que no es capaz de garantizar los servicios esenciales, que carece por completo de autonomía, que está en manos de terceros países y cuya política internacional es un desastre sin paliativos y sin aliados fiables. La no reacción del Gobierno ha puesto de relieve sus flaquezas, su incapacidad, una pavorosa ausencia de reflejos y, lo que es peor, de medios.

El colapso de comunicaciones, transportes y servicios esenciales debería propiciar una seria reflexión en el Consejo de Ministros. Gobernar es todo lo contrario a lo que hace Sánchez, un político incapaz de ver más allá de sus intereses. Quedó claro con la pandemia. Lo volvió a demostrar con el fenómeno de la dana y ha ratificado todas las sospechas con el lamentable episodio de este lunes a ciegas que pasará a la historia de España.

El apagón también ha sido informativo a pesar de algunos medios como la radio han logrado mantener un hilo con la vida y contar lo que estaba ocurriendo, el desastre en los transportes, la incertidumbre de las personas en tránsito de unas ciudades a otras, los embotellamientos en las carreteras y el bloqueo de los servicios de telefonía e internet. Y todo ello en medio de dudas y sospechas acrecentadas por campañas de la UE como la del kit de resistencia.

Lo sucedido con el "cero energético" es un aviso evidente de que debemos prepararnos para lo peor. Y también de que no podemos contar con el Gobierno. Sólo unos pocos presidentes autonómicos con Isabel Díaz Ayuso al frente han dado la cara en los momentos de más dudas. Que en estas condiciones de fragilidad energética el Gobierno esté dispuesto a cerrar las centrales nucleares pone a la sociedad española entre la espada y la pared.

Este mismo lunes publica Libertad Digital un editorial alertando sobre el despropósito del cierre de la central nuclear de Almaraz, lo que de llevarse a cabo nos hará aún más frágiles. Almaraz produce el 7% de la electricidad que se consume en España, suficiente en una jornada como la de este lunes para mantener algunos de los servicios fundamentales en funcionamiento. Pero la prioridad en la agenda del Gobierno es comprar el gas a Rusia y convertir a España en un país dependiente en todos los aspectos de la soberanía.

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