El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, pretende matar varios pájaros de un tiro con la feminización de la secretaría de Organización. Los cambios obedecen a la necesidad de romper con las épocas de José Luis Ábalos y Santos Cerdán y a la necesidad también de aplacar a las militantes y votantes socialistas que parecen asumir y digerir que sus dirigentes sean unos ladrones, pero no que se repartan a mujeres prostituidas y que lo hagan en los términos que aparecen en las grabaciones de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
Sin embargo, todo en Sánchez es improvisación, patada a seguir y huida hacia delante. Las nuevas dirigentes del PSOE sólo son conocidas por haber asumido de manera disciplinada y silenciosa las directrices de los Ábalos, Cerdán y Koldo García. Al respecto, la trayectoria de la nueva secretaria de Organización del PSOE, la valenciana Rebeca Torró, es totalmente reveladora. En calidad de consejera de Política Territorial del gobierno valenciano de Ximo Puig, Torró regó a una de las empresas vinculadas a la trama corrupta de Cerdán, Levantina Ingeniería y Construcción.
En una información de Libertad Digital se detalla que según las primeras estimaciones, Torró habría regado al empresario con más de 7,5 millones de euros entre mayo de 2022 y junio de 2023, el periodo en el que fue consejera. Con esos antecedentes se explica perfectamente que Sánchez le entregue el control interno del partido. Tras perder la Generalidad valenciana, Torró fue recolocada como secretaria de Estado de Industria, lo que habla de su fidelidad al sanchismo y su sentido de la obediencia debida.
Contará Torró con los contrapesos de tres adjuntos, Anabel Mateos, esposa de Antonio Hermando y extrabajadora de la consultora de Pepe Blanco Accento. Otra vez unos antecedentes ideales para asumir funciones orgánicas en el sanchismo. Nada más y nada menos que la consultora de Pepiño Blanco, a quien algunos sitúan como un elemento nuclear en las tramas del PSOE. Cerdán, por ejemplo, le ofreció un puesto a Ábalos en Accento para que se estuviera calladito. Junto a ellas estarán Francisco J. Salazar Rodríguez, de probada fidelidad a Sánchez, y Borja Cabezón, a quien se considera una promesa del socialismo madrileño.
Otra de las mujeres que irrumpe en este "nuevo" PSOE poscerdanista es la catalana Montserrat Mínguez, que sustituirá a Esther Peña en las funciones de portavoz del partido. En su caso, la vinculación con Cerdán llega al punto de haber sido su brazo derecho en el Congreso.
Con estos cambios Sánchez pretende superar el trance de la corrupción que le rodea y que el partido, cada vez más trinchado y deshecho, le aguante hasta el final de la legislatura, tal es su desfachatez. Prueba de la agónica situación de Sánchez ha sido su encuentro con secretarias de igualdad y portavoces en los parlamentos autonómicos. La reunión ha servido para otra pincelada cosmética, el anuncio de que el partido que iba a abolir la prostitución se conforma de momento con expulsar del partido a quienes sean clientes de la prostitución. El golpe de Estado continúa. Ahora con la esperanza de que una secretaría de Organización en manos de una mujer no se vea envuelta en más escándalos de prostitución. Todo lo demás (adjudicaciones, concursos y amaños) no se considera problema en el PSOE hasta que les pillan.