
¿De dónde salen tantas banderas palestinas? En Cataluña han sustituido a las banderas separatistas. La "Assemblea Nacional Catalana" (ANC) hizo un llamamiento a boicotear la Vuelta a España (la organización de la carrera prefiere que se diga Vuelta, sin España). Se trataba de llenar de banderas "esteladas" las líneas de salida y de meta así como el recorrido. Pero visto lo acontecido, la causa palestina tiene muchos más adeptos en Cataluña que la propia causa independentista. Sucedió algo parecido en el País Vasco, donde quienes callaban (en el mejor de los casos) ante los asesinatos etarras, se han lanzado a las carreteras con la enseña palestina para boicotear el paso de los ciclistas con la excusa de que uno de los equipos es de Israel.
Todos estos manifestantes tenían hasta ahora el apoyo explícito de miembros del Gobierno como Sira Rego, Yolanda Díaz y José Manuel Albares. Ahora cuentan también con una solemne declaración de Pedro Sánchez en contra de Israel que vuelve a dejar claro que las protestas antisemitas no son espontáneas. Ya estaba claro con ese pedazo de crucero por el Mediterráneo que se están pegando Ada Colau, Greta Thunberg y amigas.
En la flotilla que salió de Barcelona hay incluso un barco sólo de mujeres. En sus apariciones en redes se muestran desoladas por el sufrimiento de las madres palestinas y acusan a Israel de toda clase de atrocidades. En cambio, de Hamás o de Hezbolá no tienen nada que decir. A no ser, por ejemplo, que la ausencia de banderas arcoíris, siempre tan presentes en las movilizaciones de la izquierda, sea un mensaje a favor de las tesis islamistas sobre la homosexualidad. O a lo peor es que se las han prohibido esos seres de luz del 7 de Octubre a los que van a salvar de los judíos.
Tampoco se ven banderas moradas con el símbolo de Venus. Tan a favor de Palestina y no aprovechan para difundir en la otra orilla del Mediterráneo el feminismo. Con todo el bien que podrían hacer reivindicando la igualdad de género en Irán (el sostén del terrorismo), donde matan a las mujeres por no cubrirse el cabello con un pañuelo. O en Afganistán, donde no las rescatan de los escombros del último terremoto porque no está permitido tocarlas.
Está claro lo que pretende Sánchez declarando la guerra a Israel la semana en que su señora tiene que declarar ante el juez por sus negocios. Un día, además, en el que han asesinado a un joven español en un atentado terrorista en Jerusalén. Se llamaba Yaakov Pinto y se había casado hace poco tiempo. Hamás ha vuelto a felicitar al líder socialista. Esos salvajes dicen que el presidente del Gobierno español ha dado un "importante paso político y moral". Sí, hacia el abismo.
Las gentes del pañuelo palestino se presentan a sí mismos como activistas por los derechos humanos, pero su forma de protestar es cada vez más violenta e intransigente. Y es imposible debatir con ellos. Son talibanes. Han llegado al extremo de justificar las matanzas de Hamás. Sus referentes son aquellos cuya primera reacción tras el atentado de las Ramblas en agosto del 17 fue alertar contra la islamofobia, buscar justificaciones y pedir perdón a los familiares de los asesinos. Por eso España siempre estará en el radar del terrorismo islamista. Saben que hagan lo que hagan seguirán teniendo su público. Aquí, "Free Palestina" siempre.

