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Javier Somalo

Sauna Moncloa y el barco de Sanchete

Ese "ambiente hostil y de rechazo evidente" sí merecía mostrarse contra el equipo israelí de ciclismo pero no contra la esposa del presidente, sumergida en un piélago corrupto.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | EFE

Las culpas del presidente Sánchez y su familia viajan por el Mediterráneo en un buque de la Armada dotado de armamento de fabricación israelí. O sea, que las culpas las estamos pagamos todos con nuestro dinero y ni siquiera se consulta al Parlamento (ay, ¡cuántas derrotas!) si procede enviar activos a protestar contra Israel. En términos geoestratégicos, por más propaganda que hagan, es además una agresión por la vía militar que agrava si cabe el panorama.

Sin perder de vista la singladura de la flotilla en la que huye nuestro presidente, ahora toca dar unos cuantos manotazos para disipar el humo y mirar con claridad hacia La Moncloa, un lugar de encuentro familiar que enternecería hasta a Alberto Closas y a Pepe Isbert.

Ni Pedro Sánchez ni fuente alguna de tantas que manan en la Moncloa han querido desmentir si David, el hermano, vivía en Palacio con su pareja japonesa. Lo que sí es seguro es que tenía correo electrónico con el nombre de Moncloa, como su cuñada, esposa del presidente, hija del Sabi: bgomez@presidencia.gob.es. Y eso es como si nos gobernara una familia, cosa prohibida hasta por la Constitución de Cádiz.

De las saunas y prostíbulos que gestionaba Begoña Gómez tampoco nos ha llegado versión de parte que desmienta dato alguno. Y aquello fue el origen de toda una estructura de influencia y corrupción que configuró el sanchismo. Desde esa plataforma emana todo lo demás, de Ábalos, Koldo y Cerdán hasta los negocios de una mujer sin antecedentes académicos pero que está a punto de adquirir los penales por montarse negocios gracias a vivir en un Palacio que los españoles ponemos a los que, para mayor o menor desgracia, nos deberían gobernar.

Ya era grave que alguien de la policía tuviera que iniciar su turno matinal con cierta antelación para calentar el habitáculo del coche de los marqueses de Galapagar y que el crudo invierno fuera sólo una bella estampa de finca serrana. Pero que la Moncloa sea la cochera gratuita del hermano del presidente y que guardias civiles y policías tuvieran entre sus rutinas arrancar el vehículo, nada menos que una autocaravana, para evitar que se descargara la batería, es lo más parecido a un delito. Uno más de esta way of life que siempre empieza o acaba en algún lupanar.

Sánchez ordenó a Policía y Guardia Civil de Moncloa arrancar la autocaravana de su hermano para mantener la batería

Los paseos de Begoña y el Madrid facha

Begoña Gómez ha conseguido que este sábado la reciban por el garaje de los juzgados de Plaza de Castilla para que el juez Peinado le comunique el inicio del procedimiento en su contra por un presunto delito de malversación de caudales públicos. Lo ha autorizado la decana de los juzgados de Madrid, María Jesús del Barco.

Como en las anteriores ocasiones se justifica la decisión en la existencia de un "ambiente hostil y de rechazo social evidente", y, también como en las anteriores e inexplicables excepciones se alude a que la situación "da lugar a que se produzcan interpelaciones e insultos a través de megafonía, con exhibiciones de diversas pancartas, tanto a la entrada como a la salida de la investigada".

Pero ¿no era Madrid esa ciudad capaz de paralizar la Vuelta Ciclista en un ejemplo de protesta por una causa justa? ¿Y por qué no dejan que se exhiban pancartas ahora? Nadie va a arrojar botellas, ni a sembrar el suelo de tachuelas. Nadie va a violar un cordón policial con intenciones violentas. Nunca lo hacen. Entonces, ese "ambiente hostil y de rechazo evidente" sí merecía mostrarse contra el equipo israelí de ciclismo pero no contra la esposa del presidente, sumergida en un piélago corrupto. Los raseros de siempre. Madrid puede ser pro-Hamás o el templo de la fachosfera, según sople el viento.

Sin lugar a duda asistiremos a todo tipo de maniobras contra el jurado popular que podría juzgar a Begoña. Ya lo están haciendo en las fraguas del periodismo oficial ofreciendo la mejor encuesta electoral: según ellos, todos serán de derechas porque en Madrid es mucho más probable.

Los miedos del Gobierno al jurado popular: del Madrid facha lleno de 'ayusers' al 90% de condenas

Y, por descontado, acosarán sin tregua al juez Peinado, honrando la tradición inveterada del PSOE para librarse de su endémica corrupción. Son muchos los ejemplos desde Marino Barbero y los tiempos de Filesa, Malesa y Time Export, la financiación ilegal del partido. Entonces no se hablaba de lawfare pero al prestigioso penalista lo molieron a palos todos los ministros de Felipe González acusándole de tener motivaciones políticas y hasta comparándole asquerosamente con ETA.

Felipe González hizo con Marino Barbero lo mismo que Pedro Sánchez con el juez Peinado, con el apoyo de medios afines

En resumen, esta semana nos trae dos realidades: primero, que Begoña entra por el garaje del juzgado porque no puede salir a la calle aunque su marido presume de que lo hacen sin problema y hasta se pasean por Callao para ir al cine. Y, en segundo lugar, que esa "inmensa mayoría", jaleada sin complejos por Pedro Sánchez, que daba ejemplo en Madrid saboteando la Vuelta Ciclista a favor de Hamás resulta que la condenaría en un jurado popular porque las mayorías verdaderas son otras y además la vejaría sin dudar si osara entrar al juzgado por la puerta de los mortales.

Sánchez, salpicado por un delito de provocación de desórdenes públicos tras alentar el boicot a Israel en la Vuelta

A este paso van a necesitar otra semanita de reflexión. Quizá puedan recluirse en la autocaravana de David con más intimidad.

Por eso es tan importante para Pedro Sánchez lo del barquito donde tratan de huir sus culpas mar adentro. Hay que proteger al hermano bohemio, músico de caravana, que no sabía dónde trabajaba ni en qué consistía su función directiva pública pero que tenía habitación y plaza de garaje con servicio de mantenimiento en la Moncloa. Y a Begoña, hija de Sabi, inventora de sí misma, autora de nada pero con firma oficial, gestora de saunas y mancebías y captadora de fondos.

El hermano, la esposa, el barco y la Moncloa. ¡No nos moverán!

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