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Cayetano González

Miguel Ángel Blanco no se lo merece

¿Qué pinta Pedro Sánchez en el acto de Ermua? Es presidente gracias a los votos de Bildu de los amigos de los que asesinaron a Miguel Ángel Blanco.

¿Qué pinta Pedro Sánchez en el acto de Ermua?  Es presidente gracias a los votos de Bildu de los amigos de los que asesinaron a Miguel Ángel Blanco.
EFE

El próximo domingo tendrá lugar en Ermua un acto institucional organizado por el Ayuntamiento de esta localidad vizcaína, en homenaje al concejal del PP, Miguel Ángel Blanco, al cumplirse el veinticinco aniversario de su asesinato por la banda terrorista ETA. Hasta ahí todo correcto. El problema y el despropósito comienzan cuando se analiza el contenido del acto previsto y, sobre todo, las personas que van a tomar la palabra.

Como todo el mundo sabe, Miguel Ángel Blanco era un concejal del PP, y por eso le secuestraron el 10 de julio de 1997 como venganza a la liberación nueve días antes del funcionario de prisiones, José Antonio Ortega Lara. El día de su secuestro se recibió una llamada en el Ministerio de Interior, y la secretaria que atendió el teléfono, tuvo que escuchar al otro lado de la línea lo siguiente: "Hijos de puta. Lo de Ortega Lara lo vais a pagar. ¡Gora Euskadi Askatua!" Una hora después de esa llamada se conoció la noticia del secuestro de Miguel Ángel Blanco. ETA daba cuarenta y ocho horas al Gobierno para acercar a todos los presos de la banda a cárceles del País Vasco. En caso de no hacerlo, matarían al joven concejal, como así sucedió el sábado 12 de julio de 1997.

José María Aznar era entonces el Presidente del Gobierno y Jaime Mayor Oreja el ministro de Interior. En el acto del próximo domingo en Ermua no intervendrán ninguno de los dos, ni ningún dirigente del PP, ni la hermana de Miguel Ángel, Mari Mar Blanco. Si lo harán, el Presidente del Gobierno, el lehendakari Urkullu, el Alcalde de Ermua, del PSE, y el Rey Felipe VI.

¿Qué pinta Pedro Sánchez en el acto de Ermua? Los muy políticamente correctos dirán que es el presidente del Gobierno y que por lo tanto tiene sentido que esté en ese acto presidido por los Reyes. Esa respuesta podría aceptarse si lo que se conmemorara el próximo domingo en Ermua fuera, por ejemplo, la inauguración de una fábrica de coches. Pero da la casualidad que no, que lo que se recuerda es el asesinato a manos de ETA de un joven representante municipal del pueblo de Ermua. Y resulta que en ese acto va a tener un protagonismo especial el presidente del Gobierno que lo es gracias, entre otros apoyos, a los votos de Bildu, es decir, de los amigos de los que asesinaron a Miguel Ángel Blanco.

No se debe obviar que Sánchez está llevando a cabo desde hace tiempo un proceso de blanqueamiento de ETA, al considerar a Bildu como un partido "democrático" más, con el que se puede pactar y llegar a acuerdos, como el de la mal llamada ley de memoria "democrática" que se votará la próxima semana en el Congreso de los Diputados. Por todas estas razones, la presencia de Sánchez en el homenaje a Miguel Ángel Blanco resulta especialmente rechazable y tiene unos tintes de provocación que tango gustan al personaje. O se está con las víctimas o se está con los verdugos. Lo que no es posible es querer estar con ambos a la vez como pretende Sánchez.

Sólo tiene sentido la intervención del Rey Felipe VI, que siempre ha mostrado con hechos su apoyo incondicional a las víctimas del terrorismo. Ya en su día quiso presidir, como Príncipe de Asturias, el funeral por Miguel Ángel Blanco que tuvo lugar en Ermua. El alcalde de esta población, Juan Carlos Abascal, organizador del acto, se le ha escapado un invitado muy especial para que el dislate fuese ya mayúsculo: se le ha olvidado invitar a asistir y a intervenir al líder de Bildu, Arnaldo Otegui, que además tiene "a su favor" que el día del asesinato de Miguel Ángel Blanco -según confesó en una entrevista con Evole en la Sexta- estaba en la playa de Zarautz tan ricamente, porque pensaba que no le iban a asesinar.

El respeto a la Memoria de Miguel Ángel Blanco y por ende de todas las víctimas del terrorismo no se merece lo que va a suceder en Ermua el próximo domingo. La AVT y Dignidad y Justicia ya han anunciado que no acudirán a los actos, por considerar un insulto y una provocación a las víctimas la presencia en los mismos de Pedro Sánchez. Algunos de los políticos invitados, especialmente del PP, también deberían replantearse su presencia. No sería un feo al Rey, sino un gesto para no compartir un acto en homenaje a Miguel Ángel Blanco, con quien desde la Presidencia del Gobierno pacta con los herederos políticos de quienes mataron al joven concejal popular.

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