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Cristina Losada

El sí de las niñas

Piensan que nuestro país está poblado mayoritariamente por ignorantes o por imbéciles.

Piensan que nuestro país está poblado mayoritariamente por ignorantes o por imbéciles.
María Jesús e Irene Montero. | EFE

A la vista de la presentación del proyecto aprobado por el Consejo de Ministros de la llamada Ley de Libertad Sexual, surgen serias y graves dudas. La duda principal es si el Consejo de Ministros y las dos ministras Montero, que fueron las presentadoras del asunto, una en rueda de prensa y otra en un vídeo promocional, piensan que nuestro país está poblado mayoritariamente por ignorantes o por imbéciles. Hay que suponer que sí lo piensan, porque sólo desde esa creencia en la ignorancia y estulticia ciudadanas se puede presentar el proyecto, más conocido como la ley del "sólo sí es sí", dando a entender que hasta ahora los actos sexuales sin consentimiento no eran punibles.

Por lo increíble que resulta, repito: a tenor de lo dicho por las presentadoras del proyecto, mientras no se apruebe esta ley, no pasaría nada por forzar a alguien a tener relaciones sexuales, porque el consentimiento todavía no está en el centro de "nuestra mirada". Bien. En la suya, no sé. En la del Código Penal, sí.

Basta oír a las ministras Montero, Irene y M. J., en sus ya famosas intervenciones. Vaya la de Montero, M. J. primero, que fue más directa. Con aire de estar dando una clase magistral para niños muy pequeños que aún no saben nada, los pobres, dijo así: "La cuestión que queremos transmitir desde el Gobierno es muy clara. Si tú no quieres, no tienes que participar en ningún acto sexual". Ahí está. Sí, señora. La información que faltaba a tantísimas personas que creen que tienen que participar en cualquier acto sexual aunque no quieran hacerlo. Porque la ministra no diría tal cosa si no pensara que hay mucha gente en esa situación de ignorancia. ¿O es que lo dice porque hay que hacer de tripas corazón y presentar una ley que no hace falta, y que va a complicar las cosas, como si viniera a solventar una terrible situación de total impunidad?

Los ciudadanos no tienen por qué conocer los artículos del Código Penal. Pero a la ministra portavoz del Gobierno hay que exigirle ese conocimiento. Y la ministra tiene que saber, y seguro que lo sabe perfectamente, que los delitos contra la libertad e indemnidad sexuales que contempla el Código Penal parten de la inexistencia de consentimiento. Los abusos sexuales, que el proyecto elimina alegremente, son aquellos actos sin consentimiento –o con consentimiento obtenido de forma viciada– en los que no media violencia o intimidación. Las agresiones sexuales son los actos, igualmente no consentidos, en los que se utiliza violencia o intimidación. La violación es un tipo agravado del delito de agresión sexual.

"Todo acto sexual sin consentimiento será agresión", dijo la otra ministra Montero, artífice de esta tomadura de pelo. Dicho de otra forma: ahora dará lo mismo utilizar la violencia que no. En cuanto al tipo delictivo, al menos, todo será agresión sexual. Esa falta de distinción entre unos y otros actos traerá malas consecuencias para las víctimas. Pero qué importan las víctimas. No se ha pensado en las víctimas. Se piensa en los votos. Se da por sentada la ignorancia. Y se tergiversa o se oculta lo que ya establece el Código Penal. Todo ello con la complicidad involuntaria o voluntaria de muchos medios de comunicación, que al limitarse al copipega de comunicados gubernamentales están dando a entender al público que en España, ahora mismo, los actos sin consentimiento que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona no son punibles. A ver si se enteran: lo son.

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