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EDITORIAL

El Gobierno no puede parar

La encuesta de la EPA es un aldabonazo que no debemos pasar por alto y que manda un mensaje claro al Gobierno: todavía queda muchísimo por hacer.

Frente a los brotes de triunfalismo que empezaron a propagarse tras los datos del Servicio Público de Empleo Estatal correspondientes a diciembre, la encuesta de la EPA que se ha conocido este jueves es un aldabonazo que no debemos pasar por alto y que manda un mensaje claro al Gobierno: todavía queda muchísimo por hacer.

Cuando en noviembre de 2011 lo españoles dieron al PP una mayoría absoluta holgadísima, el mensaje era claro: Rajoy y los suyos recibían el apoyo que necesitaban para poder desarrollar las reformas que el país, y especialmente su economía, estaba demandando. En lugar de eso, y de un Gobierno que tuviese las ideas claras y un plan bien trazado, nos hemos encontrado con un Rajoy que parece no tenía nada pensado y que ha ido improvisando medidas, presupuestos y, es cierto, algunas reformas.

Pero los casi 700.000 empleos que se han destruido en los últimos doce meses son la mejor prueba de que lo hecho no ha sido suficiente y de que el plan tiene que estar mucho más claro y contundente; de que las reformas, allí donde se han hecho, se deben profundizar. El más que necesario ajuste del hipertrofiado sector público español sigue sin llegar; la caída del gasto público que permita reducir el déficit e incluso bajar los impuestos no ha llegado ni en 2012 ni en los Presupuestos de 2013; las medidas liberalizadoras y de apoyo a los empresarios siguen pendientes... Y lo que es peor: el Gobierno no parece tener mucha prisa y, en lugar de aprovechar los momentos de tregua que la prima de riesgo ha concedido en los últimos tiempos transmite la sensación de que cuando el diferencial de la deuda cae también caen los impulsos reformistas de Rajoy.

Que la prima de riesgo esté en unos niveles más bajos –de todas formas, siguen siendo muy altos– es una buena noticia, pero no es la solución a los muchos problemas de la economía española; como entregar 400 euros a los parados de larga duración es una medida humanitaria que puede aliviar algunas situaciones desesperadas, pero no va a acabar con el paro.

En los trece meses que llevan en el poder, Rajoy y su equipo han demostrado que saben gastar y subvencionar como cualquier partido socialdemócrata; es hora de que demuestren que también saben tomar medidas liberalizadoras y de ahorro y, en suma, impulsar las reformas necesarias para que España empiece a salir adelante de una vez.

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