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EDITORIAL

Gobiernos de España y Noruega: ya está bien

Lamentablemente, el hecho de que esos mismos proetarras participen en las instituciones democráticas no contribuye a fortalecer nuestra posición.

El diario El Mundo demostró ayer el patrocinio del Gobierno noruego a una iniciativa del entramado proetarra sobre el llamado "conflicto vasco" por un importe que supera largamente el millón de euros. Bajo la rúbrica "Soberanías imaginadas: fronteras de los Estados y globalización", Noruega va a contribuir a humillar a las víctimas de los más de ochocientos asesinatos cometidos por una banda terrorista que ahora se esconde bajo esos eufemismos, con cargo a una agencia pública dedicada supuestamente a investigar sobre la paz y cuya trayectoria reciente es una vergüenza impropia de una institución democrática.

Es inadmisible que un país miembro de la Unión Europea y de la OTAN contribuya a denigrar a uno de sus socios financiando organizaciones que defienden el terrorismo como una herramienta política, pues no otro es el objetivo de estas iniciativas de corte político, que buscan lo que Batasuna llama "internacionalizar el conflicto". Si ya es lamentable la existencia de tontos útiles de carácter civil que se prestan a estas felonías a cambio de dinero u otras prebendas, mucho más grave es que un Gobierno utilice sus instituciones culturales para pertrechar el discurso cobarde y perverso de un grupo de asesinos, que pretende legitimar ahora su sangrienta trayectoria a costa de la dignidad de las víctimas que ha dejado en el camino.

Como acertadamente han solicitado la Asociación de Víctimas del Terrorismo y los sindicatos policiales, el Gobierno de España no puede quedar cruzado de brazos ante este insulto a todos los españoles cometido por el Ejecutivo noruego. Bien a través de los procedimientos diplomáticos ordinarios o con una denuncia ante los organismos internacionales de los que ambos países forman parte, el Gobierno tiene que exigir a Noruega que retire inmediatamente ese apoyo económico y político a una iniciativa dedicada a exaltar el terrorismo y pida las correspondientes disculpas, principalmente a las víctimas españolas.

Lamentablemente, el hecho de que esos mismos proetarras participen en las instituciones democráticas españolas con la bendición de nuestro más alto tribunal no contribuye a fortalecer nuestra posición para exigir a otros Gobiernos lo que el nuestro no es capaz de llevar a cabo. Ojalá esta afrenta proveniente del exterior sirva para que el Ejecutivo de Rajoy ponga de una vez fuera de la ley a los que disculpan el terrorismo, aunque cuenten con el apoyo y la financiación de los Gobiernos europeos más desnortados.

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