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EDITORIAL

La 'plurinacionalidad' puede acabar con el PSOE

El PSOE puede acabar desapareciendo como consecuencia de las ominosas contradicciones internas que el nefasto Pedro Sánchez está exacerbando.

El engendro jurídico-político que pretende convertir a España en una nación de naciones tiene su origen en el empeño personal de Pedro Sánchez por aproximarse a las tesis de Podemos y ganarse el apoyo del socialismo catalán en su vuelta a Ferraz. El 39º Congreso del PSOE, celebrado el mes pasado, consagró la demencial ocurrencia de Sánchez y la convirtió en un mandato político que todas las federaciones territoriales del partido deben asumir.

Sin embargo, esa reforma constitucional para "perfeccionar el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado" fue motivo de agrias discrepancias ya durante el debate congresual, que las últimas intervenciones de Sánchez en relación con el desafío separatista catalán han contribuido a avivar.

Abierta de esta forma la veda de las insensateces, las taifas socialistas se han sumado con entusiasmo a este festival de la plurinacionalidad con todo tipo de propuestas, a cual más peligrosa por disparatada. Así, En Andalucía hablan de "modelo federal corporativo", en Valencia de "federalismo asimétrico" y en Baleares de... federación de islas-Estado. Seguro que algún socialista iluminado termina por proponer la resurrección del cantón de Cartagena.

El embrollo es tan tremebundo que desde Ferraz tratan de poner coto a los delirios regionales para que todos asuman el principio plurinacional. Sánchez y su Ejecutiva no parecen ser conscientes de que tratan de imponer una premisa que es precisamente la base de todas las necedades evacuadas por las distintas taifas.

El resultado de todo esto puede muy fácilmente ser la disolución del PSOE comprometido con la España constitucional y la emergencia de un partido magmático delirante, impredecible y tan inestable como generador de inestabilidad en la Nación.

El PSOE puede acabar desapareciendo como consecuencia de las ominosas contradicciones internas que el nefasto Pedro Sánchez está exacerbando. El problema para España es que el enorme espacio libre que podría dejar podría acabar copado por la izquierda neocomunista de Podemos.

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