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EDITORIAL

PSOE y Podemos causan alarma; PP y Ciudadanos, perplejidad

La ciudadanía sigue cautiva de un Gobierno que, con la excusa del covid-19, no hace otra cosa que socavar las libertades y cortocircuitar la actividad económica.

Pablo Casado ha estado muy acertado en sus contundentes críticas al Gobierno y en su demostración de cómo es posible adoptar medidas legales que eviten la propagación del coronavirus sin necesidad de prorrogar un liberticida y empobrecedor estado de alarma que, tal y como denunciaba recientemente la ex fiscal general del Estado Consuelo Madrigal, en un espléndido artículo titulado "La sociedad cautiva", está resultando más bien un estado de excepción encubierto. Es más, se podría decir que –sin minusvalorar la intervención de Santiago Abascal– las palabras que pronunció este miércoles el líder del PP en el Congreso de los Diputados son las que mejor hubieran avalado un voto negativo a la prolongación de un estado de alarma que, para colmo, no ha servido para procurar test y material de protección a la población ni para saber el número real de contagiados y fallecidos por la pandemia.

Lo perturbador es que el PP, en lugar de votar 'no', en absoluta coherencia con la intervención de Casado, decidiera abstenerse, perdiendo así la oportunidad de desvincularse tardía pero abiertamente de semejante fraude de ley. Ya sea por el complejo de no querer aparecer en compañía de Vox, ya sea por un estéril y contraproducente deseo de hacerse perdonar por un Gobierno que sólo merece ser combatido, el hecho es que Casado sigue sin decir a los españoles qué más tiene que hacer el Gobierno del socialista Pedro Sánchez y el comunista Pablo Iglesias para que el PP sea, de verdad y al margen del número de escaños, el principal partido de la oposición.

Se dirá, no sin buenas razones, que tanta o más perplejidad provoca que Ciudadanos siga sancionando los omnímodos poderes que se ha arrogado el Gobierno social-comunista, cuya clamorosa incompetencia ha sido no pocas veces criticada por el partido de Inés Arrimadas. Pero es que Cs ya hace tiempo que firmó su propia sentencia de muerte, y no va a resucitar de la mano del PSOE mientras éste siga vinculado a los separatistas y a la extrema izquierda podemarra.

En resumidas y desoladoras cuentas: la ciudadanía sigue cautiva de un Gobierno que, con la excusa del covid-19, no hace otra cosa que socavar las libertades y cortocircuitar la actividad económica.

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