Menú
EDITORIAL

Sánchez y lo 'prescindible'

Sánchez corre el riesgo de servir sólo para mantener indefinidamente a Rajoy en funciones. Y eso sí que puede convertirlo en 'prescindible'.

No es de extrañar que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, haya pasado de puntillas sobre el acuerdo alcanzado por el Partido Popular y Ciudadanos y que, tras su fugaz entrevista con Rajoy, se haya limitado a reiterar su irresponsable oposición a la investidura del todavía presidente del Gobierno en funciones. Ni una sola de las 150 medidas suscritas por PP y Cs debería causar rechazo a un partido socialdemócrata moderno hasta el punto de la oposición no ya al nuevo Gobierno, sino a la mera conformación del mismo, tras más de ocho meses de interinidad.

Nada menos que 100 de esas 150 medidas son un calco del programa que en invierno pactaron Sánchez y Rivera en su intento de formar Gobierno. Es más: algunas de ellas, como la paralización de la Lomce, la derogación de la Ley de Seguridad Ciudadana, la dación en pago, el complemento salarial para la rentas más bajas, una mayor financiación autonómica, una mayor presión fiscal para las empresas y, en general, el aumento del gasto público fueron originalmente propuestas por el PSOE y más tarde asumidas por Ciudadanos. Otras medidas de las que ha apoyado ahora el PP, como la despolitización de la Justicia, fueron inicialmente propuestas por Cs pero respaldadas por Sánchez.

Por otra parte, no hay una sola medida de las que han acordado que Rajoy y Rivera no estén dispuestos a retocar si el PSOE de Sánchez se aviniera a una negociación. Pero está visto que a Sánchez no le preocupa tanto lo que va a hacer el nuevo Gobierno sino quién lo va a presidir, y mientras sea Rajoy, o alguien del PP, lo que haga dicho Ejecutivo será tan "prescindible" para él como la reunión de veinte minutos que ha mantenido con el presidente en funciones. Con esa descalificación no ha hecho más que descalificarse. Aún más.

De la misma forma que en su día aseguramos que Rajoy no tendría empacho en asumir el acuerdo PSOE-Ciudadanos si fuera él, y no Sánchez, el destinado a presidir el Gobierno, también consideramos ahora que el dirigente socialista no pondría pega alguna al muy similar acuerdo que ahora nos ocupa si le diera a él, y no a Rajoy, la Presidencia. Ambos acuerdos están en la órbita de la socialdemocracia, y si a algún votante podría hacerle sentir huérfano de representatividad sería al de la derecha liberal, no al de la izquierda moderada.

Al empecinarse en el bloqueo, Sánchez no sólo mantiene a Rajoy como presidente del Gobierno en funciones, sino que se niega a sí mismo la jefatura de la oposición y se fuerza a competir en radicalismo con Podemos, lo que puede dar oxígeno a la liberticida formación neocomunista, que hasta la fecha no ha logrado dar el sorpasso al PSOE pero que podría hacerlo en el futuro. Por otra parte, y para igualar los 170 escaños que Rajoy ha podido reunir, Sánchez necesitaría sumar 86 escaños a los 84 que ahora tiene mediante una variopinta y delirante coalición que serviría para cualquier cosa menos para gobernar.

Así las cosas, el PSOE y su todavía líder corren el riesgo de servir sólo para mantener indefinidamente a Rajoy como presidente en funciones. Y eso sí que puede convertir a Sánchez y a su partido en prescindibles.

Temas

En España

    0
    comentarios