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Emilio Campmany

Anticonstitucionalistas de España, uníos

¿Por qué Podemos se presta al juego, a pesar de los votos que esta postura le está haciendo perder en el resto de España?

¿Por qué Podemos se presta al juego, a pesar de los votos que esta postura le está haciendo perder en el resto de España?
Alberto Garzón, Pablo Iglesias y Gabriel Rufián | EFE

Los independentistas pretendieron dar un tono épico a lo que ha resultado ser una farsa, la culminación del proceso. Tras llamar a los funcionarios y a la población en general a resistir la aplicación del 155, se han plegado mansamente a su cumplimiento. Así pues, el proceso no estaba dirigido a conseguir la independencia sino a dar uno más de los muchos pasos que han de llevar hasta ella. Hubo sin embargo un debate táctico. Puigdemont prefería convocar elecciones con el fin de controlar el proceso electoral desde la Generalidad. Junqueras, que se salió con la suya, creyó que era mejor forzar la aplicación del 155 para alimentar el victimismo nacionalista.

Es lógico que fuera la Esquerra la que impusiera su punto de vista, puesto que es la que dirigirá el proceso a partir de ahora. Junqueras además es consciente de que siempre que el nacionalismo catalán ha conseguido algo ha sido con la ayuda de alguna fuerza de implantación nacional. El dichoso estatuto de 2006, supuesto origen del proceso, no habría salido nunca adelante sin el empeño del PSC y la complicidad del PSOE.

Ahora que se trata de alcanzar la independencia y no una mayor autonomía, el PSC ya no está por colaborar y la reforma constitucional que defiende el PSOE es insuficiente. El aliado en el que está pensando la Esquerra es Podemos, que desde el principio ha defendido la convocatoria de un referéndum legal y vinculante. ¿Por qué Podemos se presta al juego, a pesar de los votos que esta postura le está haciendo perder en el resto de España? Porque la mera convocatoria legal de ese referéndum, con o sin reforma, supondría la liquidación de lo que ellos llaman "el régimen del 78".

Podemos siempre ha defendido la ilegitimidad de un régimen que no es más que la evolución de la dictadura franquista. La crisis que tal liquidación desencadenaría podría llegar a ser lo suficientemente grave como para hacer posible una victoria electoral de Podemos. Por otra parte, Pablo Iglesias cree que parte de los votantes del PSOE comparten con él la idea de que a los catalanes se les debería reconocer el derecho de autodeterminación. De forma que cree que defenderlo le permitiría rebañar votos al PSOE ahora que Pedro Sánchez, por respaldar el 155, puede ser acusado de ser una marioneta de Rajoy.

Las encuestas no permiten abrigar ninguna duda de que la Esquerra gobernará Cataluña tras el 21 de diciembre si cuenta con el apoyo de Podemos. Da igual lo buenos que sean los resultados de los constitucionalistas. A partir de ahí, el independentismo contaría con un fuerte aliado en las Cortes para forzar el referéndum legal que ansían. Y unos y otros confían en que el PSOE, presionado por el PSC, acabaría por no oponerse. Lo inquietante es que es un escenario que Rajoy no ayudará a evitar porque obligaría a los electores del centro derecha a votarle nuevamente a él en las próximas elecciones generales, a pesar del rechazo que despierta en muchos de ellos.

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