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Fin de semana

La cabeza de Stalin rodó por las calles de Budapest en octubre del 56.
CRÓNICAS COSMOPOLITAS

Los desmelenamientos magiares

La carta, en papel biblia, nos llegó envuelta en un condón y escondida en un tubo de crema de afeitar. Como siempre. Era una carta del buró político, o más precisamente del aparato clandestino del PCE, dirigido por Santiago Carrillo. En un estilo burocrático-telegráfico, como siempre, se nos daban consignas y la explicación justa sobre los conflictos que sacudían la Europa comunista. Era noviembre de 1956, y la escena transcurre en Madrid.
CÓMO ESTÁ EL PATIO

Lo bien que están en Cuba, ¡y ellos sin saberlo!

Escúchenme bien lo que les voy a decir: tenemos "la fin del mundo" aquí mismito, a la vuelta de la esquina. Bueno, no lo digo yo, que de profeta tengo lo justo –mi único vaticinio acertado fue situar la media de audiencia de la Cuatro en la cifra que le da nombre–, ni siquiera los Testigos de Jehová, auténticos expertos en la materia, no en vano llevan pronosticando "la fin del mundo" desde mediados del siglo XIX, a razón de media docena de armagedones por década. No. Lo dicen los ecologistas de Adena, que de esto también saben un huevo (de avestruz).
CIENCIA

Hijos del futuro

Lea esta lista y luego piense cuál de las siguientes posibilidades que ofrece la ciencia le parecen éticamente aceptables: una mujer de 63 años puede concebir un hijo sano que en realidad es su nieto; una pareja española selecciona el embrión de su futuro hijo para que pueda donar médula ósea a su hermano enfermo; una mujer sin hijos y enferma de cáncer congela sus óvulos para poder ser fertilizada con ellos dentro de una década, cuando haya superado las peligrosas y penosas consecuencias de la quimioterapia; una pareja de lesbianas engendra un retoño biológico de ambas.