Veintiuno de diciembre: elecciones en una Cataluña cuya autonomía ha tenido que ser intervenida por desobediencia, sedición y rebelión de sus gobernantes.
Puigdemont anda emboscado, Junqueras, en la cárcel; el resto del Govern, en libertad bajo fianza.
Las repercusiones económicas han sido nefastas; la imagen internacional, pésima. Muchos catalanes que hasta ahora jamás se habían pronunciado en público se han echado a la calle en las manifestaciones más multitudinarias que se recuerdan.
¿Significa esto que las elecciones van a dar un vuelco a la situación política, o todo seguirá en el mismo barrizal en el que lleva casi una década?
Saberlo, nadie lo sabe... pero nuestros poetas no tienen inconveniente en imaginárselo:
BUEN PRESAGIO
por Fray Josepho
–¿Cuándo ya no habrá mudez?
–Esta vez.
–¿La gente al fin va a actuar?
–Va a hablar.
–¿Y va a hacerlo con descaro?
–Muy claro.
Anuncio, afirmo y declaro
que, tras décadas silente,
en Cataluña la gente
esta vez va a hablar muy claro.
***
–¿Qué noto en mi corazón?
–Ilusión.
–¿Qué tengo (aunque a contrapié)?
–Fe.
–¿Y qué barrunto me alcanza?
–Esperanza.
Un presagio se afianza
para este 21-D,
y viene lleno, Mesié,
de ilusión, fe y esperanza.
MAL PÁLPITO
por Monsieur de Sans-Foy
¡San Jorge, el capadocio, nos asista!
¡Qué más quisiera yo que dar por hecho
el triunfo del Estado de Derecho
y el fin del puticlú nacionalista!
Llamadme escandaloso y derrotista.
Pensad lo que queráis... pero sospecho
que el margen del milagro es muy estrecho
y encima está el Partido Socialista.
Y qué queréis que diga del Iceta...
Que el ritmo de sus cambios de chaqueta
supera a la Colau, que ya es decir.
Hay mucho langostino sin cabeza
dispuesto al harakiri, (qué pereza)
si viene con derecho a decidir.