SÍNODO DE LOS OBISPOS
¿Es demasiado duro este lenguaje?
Benedicto XVI no ha querido inaugurar el Sínodo con paños calientes o discursos diplomáticos. Como sucesor del apóstol Pedro tiene el deber de guiar la barca de la Iglesia y ciertamente sopla la tempestad, aunque tampoco es la primera vez en veinte siglos. La homilía de inicio del Sínodo ha sido una verdadera lección de teología de la historia, ha marcado la diferencia entre el optimismo vacuo y la esperanza cristiana.