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Jaled Abu Toameh

El verdadero 'sitio' a la Franja de Gaza

Los líderes de Hamás encontrarán formas de introducir armas de contrabando en Gaza porque su objetivo declarado es destruir a Israel y a los judíos.

Recientes llamamientos a levantar el sitio de la Franja de Gaza han ignorado que la principal exigencia de Hamás, por encima incluso de un puerto o de un aeropuerto, es que Egipto reabra el paso fronterizo de Rafah, única puerta de los palestinos al mundo árabe.

Hamás quiere fronteras abiertas porque persigue su fin último de "liberar toda Palestina, desde el río hasta el mar". Ahora que ha perdido la mayor parte de sus túneles de contrabando como consecuencia de las operaciones militares egipcias, el movimiento islamista busca otras vías para introducir armas en la Franja.

Los líderes de la organización saben que sus posibilidades de conseguir tener un puerto o un aeropuerto son extremadamente bajas. En el pasado, el material introducido en Gaza ha incluido, principalmente, armas, cemento empleado para construir túneles a través de los que atacar a Israel, y material de uso dual.

Buena parte de este material entró en la Franja por los túneles de contrabando o por el paso egipcio de Rafah, en la frontera de Gaza, que tiene unos 14 kilómetros de largo.

El paso de Rafah, sin embargo, ha estado cerrado la mayor parte del tiempo desde que Hamás se hizo con el control del enclave en julio de 2007, mientras que los pasos fronterizos con Israel, como Kerem Shalom y Erez, han permanecido abiertos.

Incluso durante la actual Operación Margen Protector, los egipcios han rechazado las exigencias de reabrir el paso de forma indefinida. En las dos primeras semanas de la guerra la abrieron brevemente, sólo para permitir que salieran de la Franja ciudadanos egipcios y algunos extranjeros atrapados en ella.

Ante las crecientes críticas en el país y en el mundo árabe, las autoridades egipcias consintieron también que algunos heridos palestinos cruzaran la frontera para recibir tratamiento médico en hospitales de Egipto.

Egipto no sólo ha convertido la Franja de Gaza en una "prisión a cielo abierto"; también ha evitado que muchos activistas y países lleven ayuda médica y humanitaria a los palestinos del enclave, tanto antes como durante la guerra.

El Cairo no quiere que nadie hable de su bloqueo y de otras restricciones contra la Franja.

En las conversaciones de alto el fuego que tienen lugar actualmente en El Cairo entre Israel y Hamás a través de mediadores egipcios, a los palestinos les han pedido que no hablen del paso de Rafah.

Los egipcios quieren que el mundo culpe sólo a Israel del sitio de Gaza. Siguen ignorando el hecho de que la principal exigencia de Hamás sigue siendo la reapertura del paso de Rafah.

Hamás y las facciones palestinas de la Franja han decidido, al parecer, cumplir con la exigencia egipcia de guardar silencio sobre el prolongado cierre del paso.

De hecho, los palestinos parecen haber abandonado toda esperanza de que Egipto llegue a acceder a abrir la terminal de forma indefinida. Por eso Hamás insiste, más que nunca, en un aeropuerto y un puerto en la Franja que sirvan de alternativa al paso de Rafah. Fuentes palestinas afirman que los egipcios han animado a los palestinos a que insistan en sus demandas al respecto.

Cuando los egipcios dicen que apoyan la exigencia palestina de que se levante el sitio de Gaza, quieren decir que los palestinos tienen derecho a cualquier paso fronterizo, excepto el de Rafah. El Cairo querría que tuvieran su puerto y su aeropuerto para que nunca más tuvieran que usar un paso egipcio.

Es más: los egipcios querrían que la Franja de Gaza se convirtiera en un problema israelí, no egipcio.

En un intento de desviar la atención sobre la responsabilidad egipcia en el bloqueo, su ministro de Exteriores hizo unas declaraciones esta semana en las que instaba a Israel a levantar el sitio. En ellas afirmaba:

Egipto insiste en el levantamiento del asedio israelí. Proseguiremos nuestros esfuerzos por acabar con el sitio inhumano al que Israel somete a la Franja de Gaza.

Es una muestra de hipocresía que Egipto inste ahora a Israel a levantar el sitio de la Franja.

Naturalmente, en las declaraciones no se mencionaba para nada el papel de Egipto en ese sitio. El ministro tampoco mencionó las estrictas medidas de seguridad adoptadas recientemente por su país, entre ellas la destrucción de más de 1.600 túneles de contrabando en la frontera con la Franja durante el último año.

En las últimas tres semanas, el Ejército egipcio ha destruido 20 túneles, mientras las Fuerzas de Defensa de Israel también atacaban túneles de la Franja. Pero ello no ha sido óbice para que los egipcios sigan intentando engañar al mundo respecto a la situación en el enclave.

Alarmado por las crecientes críticas a las medidas egipcias contra la Franja, un diplomático egipcio calificó a las alegaciones al respecto de "mentiras e invenciones". Esta defensa de su país tuvo lugar al tiempo que representantes del Comité Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja criticaban la negativa de El Cairo a permitir la entrada de ayuda médica y humanitaria en la Franja durante la guerra, considerándola "injusta e incapacitante". También siguió al llamamiento de un comité del Ministerio de Exteriores palestino a abrir el paso de Rafah para salvar a los heridos. El comité también criticó el cierre del paso, del que dijo que constituía "una violación de la legislación internacional y de los valores humanitarios".

El pasado marzo, las autoridades egipcias deportaron a 62 mujeres occidentales que llegaron a El Cairo para protestar contra el cierre del paso de Rafah. El general egipcio Zakariya Husein alabó a las autoridades por deportar a las belgas y francesas. "Egipto no debería ser utilizado como puerta a otros países como Libia, Palestina o Sudán", afirmó.

La campaña antiegipcia alcanzó su punto culminante el año pasado, cuando más de 100 intelectuales musulmanes firmaron una petición en la que se advertía del "crimen" que supone mantener cerrado el paso de Rafah.

En la petición se acusaba a Egipto y a otros países árabes de participar en el sitio de la Franja de Gaza al mantener cerrado Rafah, de evitar el paso de ayuda médica y humanitaria, y de destruir los túneles de contrabando.

El año pasado un general egipcio retirado, Sami Hasán, habló de un plan de Sisi para endurecer el asedio a la Franja y derrocar a Hamás. Hasán afirmó que el principal objetivo de Sisi era hacer que los palestinos de Gaza se levantaran contra el movimiento islamista. Egipto ha destinado 750 millones de dólares para llevar a cabo su plan y traer a la Autoridad Palestina de vuelta al enclave.

Según fuentes palestinas, los egipcios han manifestado en las últimas semanas su enérgica oposición a convertir la terminal de Rafah en otro paso fronterizo oficial con la Franja de Gaza. Según esas mismas fuentes, a los egipcios les preocupa que la reapertura de la terminal facilite los ataques terroristas de grupos radicales islamistas a objetivos egipcios, sobre todo en el Sinaí.

Mientras que los egipcios siguen imponiendo estrictas restricciones, en la Franja entran cientos de camiones con comida y suministros esenciales a través de los pasos fronterizos con Israel. Ello sucede aun cuando se lanzan cohetes contra el paso de Kerem Shalom. Desde el 8 de julio han entrado 2.772 camiones en el enclave a través de dicho paso. En ese mismo periodo sólo se ha permitido pasar por Rafah a unos pocos camiones.

Israel también ha permitido la entrada de ambulancias y de personal médico en las últimas semanas, mientras que el lado egipcio de la frontera ha estado cerrado. El 8 de agosto hubo 169 pasos de ambulancias a través de Erez. Además, un total de 38 profesionales médicos de Israel y de la Margen Occidental han entrado en la Franja en las últimas dos semanas. Los egipcios no han enviado a Gaza a un sólo médico en ese mismo periodo.

El bloqueo egipcio y las estrictas medidas de seguridad en contra de la Franja de Gaza, entre ellas el cierre del paso de Rafah, son parte de las razones por las que se inició la última guerra. Pero las autoridades egipcias no quieren aceptar responsabilidad alguna. En cambio, hacen todo lo que pueden por cargar a Israel con las culpas.

Se decida lo que se decida, los líderes de Hamás encontrarán formas de introducir armas de contrabando en Gaza porque su objetivo declarado es destruir a Israel y a los judíos.

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