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José García Domínguez

El misterio del candidato Illa

La selección de candidatos se realiza en base a los mismos estudios de preferencias del consumidor que usa la Coca Cola para lanzar un nuevo refresco.

La selección de candidatos se realiza en base a los mismos estudios de preferencias del consumidor que usa la Coca Cola para lanzar un nuevo refresco.
Cartel del PSC para promocionar la candidatura de Illa | @socialistes_cat

Si uno está dispuesto a renunciar a la brocha gorda, ese recurso tan popular siempre que se aborda la política catalana, en beneficio del rigor, el inopinado cambio de Miquel Iceta por Salvador Illa como candidato in pectore del PSC a la Presidencia de la Generalitat exige reparar en dos circunstancias, las dos determinantes a la hora de entender una sustitución de última hora, solo en apariencia tan extraña. La primera y fundamental es que al PSC nadie le ha dictado nunca desde un despacho de Madrid los nombres de sus candidatos. Eso no lo habría podido hacer, aunque ni siquiera lo intentó jamás, Felipe González cuando sus días de gloria electoral y autoridad carismática, incontestable, sobre aquello que aún se llamaba la gran familia socialista. Tampoco, huelga decirlo, Zapatero. Y mucho menos podría ahora Sánchez, un líder con nada desdeñable contestación interna dentro del PSOE que, además, debe al apoyo decidido de Iceta, lo que significa del PSC en bloque, su triunfo en las primarias frente a la aspirante del aparato impulsada por la Federación de Andalucía. 

El primer error de los de la brocha reside, pues, en suponer que se le está buscando una salida personal a Iceta tras la decisión monclovita de presentar a Illa por Cataluña. Porque es justo al revés. A quien se le ha buscado una salida es a Illa, no a Iceta. Y el segundo factor, en fin, que siempre se olvida al tratar del PSC es que el de los socialistas catalanes, al igual que los grandes partidos estatales, hace ya décadas que no es aquella organización de diletantes surgida de la Transición. Como en Ciudadanos, el PP o el PSOE, en el PSC la selección de candidatos se realiza en base a los mismos estudios técnicos de preferencias del consumidor que usa la Coca Cola para lanzar un nuevo refresco al mercado. Estudios de márketing que ya en su día llevaron a que el partido mandase a casa a todo un alcalde de Barcelona que no funcionaba en los test de preferencias, Joan Clos, a mitad de su mandato. Y es que la marca Iceta, igual que en las autonómicas de 2017, cuando apenas logró arañar un miserable escaño adicional tras la debacle apocalíptica de los socialistas de un par de años atrás, sigue sin cuajar en el mercado local. Desengáñense, no hay más misterio que ese.

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